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La trama de prostitución y vudú llegaba a Dinamarca

Palizas continuas, secuestros de familiares y coacciones con magia negra marcaron el día a día de las víctimas de la red de prostitución desmantelada en Almería y que extendió sus tentáculos hacía el resto de España e, incluso, a países como Dinamarca y Alemania. A esta pesadilla sufrida por el medio centenar de víctimas de la organización puso fin la última semana la policía con el arresto de 21 presuntos proxenetas.

La organización comenzó a operar en 2003 y traía a las mujeres desde África. El paso del Estrecho era la etapa más peligrosa. Algunos testigos afirman que murieron dos mujeres. "La mayoría no sabía nadar. Muchas no habían visto nunca antes el mar". Así lo denunció una de las jóvenes que ha vivido amenazada en las cortijadas perdidas entre invernaderos de Roquetas de Mar y Vícar. Su testimonio y el de cuatro compañeras permitió a la policía ponerse tras la pista de la organización.

Los cabecillas de la banda, en su mayoría nigerianos, las recluían y forzaban a ejercer la prostitución con palizas constantes y secuestros de familiares. Por si estos métodos no fueran suficientes, la banda amenazaba con ritos vudú a sus víctimas que, atemorizadas, acababan por someterse.

70.000 euros

En estas inhumanas condiciones se vieron obligadas a vivir una media de dos años, período en el que hacían frente a los 70.000 euros exigidos por su penoso traslado a España. En ocasiones, a esta suma se añadían los gastos diarios por manutención de las jóvenes, que cobraban entre cinco y 10 euros a los clientes. De ellos, no podían quedarse ni un solo céntimo.

Como complemento a estos ingresos, se recurría con frecuencia a timos con los que la red recaudó hasta 70.000 euros de varias víctimas a las que hizo creer que habían ganado un premio de lotería de 600.000 euros. Los miembros de la red también organizaron matrimonios de conveniencia por los que cobraban 10.000 euros.

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Esta sólida estructura comenzó a romperse con cuatro detenciones y una imputación en Castellón, Madrid y Valencia, a las que se unieron las 21 practicadas ahora en Almería. Estos detenidos empezaron ayer a desfilar ante el juez acusados de delitos de tráfico de personas para su explotación sexual, estafa, falsedad y asociación ilícita.

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