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Salud devuelve el 80% de las vacunas de la gripe A

El Departamento de Salud tiene vacunas de la gripe A (H1N1) para dar y vender. La Generalitat acumula nada menos que 1,2 millones de dosis -el 80% de las que compró a las farmacéuticas- que ahora deberá devolver y pagar al Ministerio de Sanidad porque la campaña de vacunación, publicitada hasta la saciedad ante la alarma ciudadana sobre el impacto del virus, arrojó unas resultados más que modestos. Todas las previsiones se vinieron abajo. En concreto, se vacunaron 287.938 personas, el 19,2% de las incluidas en los denominados grupos de riesgo.

De estas casi 300.000 dosis administradas, el 20% correspondió al grupo formado por personas de 16 a 60 años afectadas de patologías previas, miembros de Protección Civil y servicios de emergencia. El 2,65% fueron mujeres embarazadas y el 4,41% menores de 18 años.El mayor número de receptores -el 65%- se registró entre los mayores de 60 años, paradójicamente los mismos que semanas antes se habían vacunado de la gripe estacional y a quienes afectó el virus en menor medida de la esperada. Las vacunas que Salud devolverá al Ministerio de Sanidad le supondrán un coste de 8,7 millones de euros (7,2 euros la unidad).

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Ante estos reveladores datos, el director general de Salud Pública, Antoni Plasencia, no pudo menos que admitir que los porcentajes de vacunación habían sido "inferiores" a los de la campaña de la gripe estacional. Y ahí se quedó.

Con vistas al próximo invierno, las autoridades sanitarias catalanas se mostraron ayer incapaces de hacer previsiones y repitieron lo expresado hasta ahora por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha recomendado elaborar una vacuna trivalente que incluya el virus de la gripe A. De ahí que, a pesar de admitir que la incidencia en los niños y en los casos pediátricos del H1N1 ha superado las previsiones, Antoni Plasencia y la consejera de Sanidad, Marina Geli, rehuyeran responder si recomendarán la vacunación masiva en esta franja de edad para la próxima campaña. Y críticas contra la gestión comunicativa de la OMS tampoco hubo ninguna, acaso una tímida, pero justificativa, de la consejera: "Ha faltado cierta proporcionalidad en sus mensajes, pero la OMS tiene que hablar para todo el mundo, que es muy diverso. Hizo previsiones de extensión sintomática, careciendo de muchos datos porque había cuestiones que no sabía".

En cualquier caso, ante las más que numerosas dudas planteadas sobre la vacuna, tanto Plasencia como Geli y Antoni Trilla, jefe de epidemiología del hospital Clínico y asesor de Salud, coincidieron en proclamar que la vacuna de la gripe A es totalmente segura y que no se ha encontrado ninguna relación directa de causa-efecto con los cinco casos de reacción adversa que se dieron el pasado año. De estas cinco reacciones, la mayoría lo fueron por artralgia generalizada (dolor de las articulaciones) y alteraciones neurológicas transitorias, y se produjo una muerte fetal.

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Las cifras que proporcionaron ayer las autoridades sanitarias catalanas eran las ya sabidas, dado que Salud las divulgaba semanalmente durante el brote de la epidemia. En Cataluña hubo 54 fallecidos como consecuencia de la gripe A, lo que da una tasa de 0,7 muertes por 100.000 habitantes, similar a la registrada en los países del hemisferio sur, los primeros en sufrir las consecuencias de la pandemia. Hubo también 771 casos de personas graves hospitalizadas, de las cuales el 34% requirieron su ingreso en la unidad de cuidados intensivos, con tratamientos retrovirales y respiración asistida. La mayoría de estos enfermos -circunstancia excepcional hasta ahora- contrajo una neumonía viral primaria, es decir, causada directamente por el virus, cuando en la gripe estacional se trata de neumonías secundarias causadas por otros patógenos.

Aunque la mayoría de los fallecidos estaban en la franja de edad de 15 a 44 años, la tasa de mayor letalidad afectó a los niños de menos de cuatro años, pues murió como consecuencia del H1N1 uno de cada 100.000 habitantes. En su mayoría, los casos pediátricos no presentaban patologías de base -en el 70%-, mientras que los adultos que fallecieron si tenían comorbilidades previas, como obesidad mórbida y obstrucciones pulmonares, o eran fumadores.

La gripe A tuvo su mayor incidencia en la última semana de noviembre, cuando la tasa fue de 600 casos por 100.000 habitantes, cuatro veces más que en una gripe normal.

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