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Necrológica:'IN MEMÓRIAM'
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Juan Escámez, el 'geo' que llegó a alcalde

Con su tan prematura, repentina y, sobre todo, dolorosa desaparición -el 3 de febrero-, Juan Escámez Luque (Sanlúcar La Mayor, Sevilla 1957), dejó vacante la alcaldía de su pueblo, un hueco inabarcable en el corazón de sus familiares y amigos, y un rictus de incredulidad en todos.

Era un hombre entrañable y singular, de mirada sincera, sonrisa fácil y una biografía de las que adornan a los personajes con atractivo. Sexto en una familia de siete hermanos, nieto de fusilado, hijo de un carnicero al que ayudó en su oficio -que conserva su hermano menor, Miguel Ángel- hasta que con apenas 20 años ganó a pulso sus oposiciones a la policía. Y no un policía al uso: conservaba un buen recuerdo de su paso por los Grupos Especiales de Operaciones (GEO) y los largos años que fue, como subinspector, el jefe de la sección de Protección de la Unidad de la Policía Nacional Adscrita a la Junta de Andalucía. En román paladino: el jefe de escoltas de Manuel Chaves.

Fue el jefe de escoltas de Manuel Chaves como presidente andaluz

Como otros periodistas, lo conocí en los primeros años noventa, cuando destripaba la imagen de policía hosco y desconfiado que a veces rodea a los servicios de escolta. A él, no: a su complexión robusta, barba cerrada, manos fuertes y parabellum en la sobaquera, le acompañaba un estilo sencillo, sutilmente cercano hasta para decir que no, con unas manifiestas ganas de ayudar a todos lo que pasaban a su vera. Reservaba la firmeza policial para quien no entiende otro lenguaje (hay de todo).

Las horas de espera y los largos viajes junto al presidente me permitieron conocerlo mejor. Y supe que el geo de Sanlúcar estudiaba Criminología en sus escasos ratos libres y adoraba a Inma, su mujer, y a sus hijos Juan y Verónica, que se trajeron de Guadalajara, sede del GEO, un acento castellano que de vuelta a Andalucía chocaba con el ceceo impenitente del Aljarafe sevillano. Un ceceo sencillo, tenaz y fuerte: como era Juan Escámez.

Dice Manuel Chaves, que se enteró de la noticia cuando apenas amanecía en Madrid y estaba a punto de volar a Bilbao, que, en esos años de escolta, Escámez debió de poner la oreja y le entró el gusanillo de la política. Seguro que fue así, pero también que la vocación de servicio a los demás era algo consustancial a su personalidad. Una vez, el entonces secretario general del PSOE de Sevilla, Luis Navarrete, como vio que pasear con él por su pueblo era misión imposible pues todos le paraba, le dijo: "No busquéis más, el que tiene que ser alcalde de Sanlúcar eres tú".

Lo fue desde 2003 hasta su inesperada muerte. La primera vez que se presentó ganó por mayoría absoluta. Desde entonces trabajó sin descanso: por el parque empresarial, por el cercanías que acaba de licitarse, por el parque de bomberos. Por cada uno de los vecinos de su pueblo, a los que sabía escuchar.

Uno de sus amigos, al que el jueves aún le resultaba imposible hablar en pasado del alcalde, me decía que si por Juan hubiera sido, habría arreglado uno a uno los problemas de sus conciudadanos. No todos valoraban ese esfuerzo y la política, a veces tan cargada de mezquindad, le pasó factura en forma de ataques personales que él, solía decir, aguantaba con sus anchas espaldas. Tal vez su corazón no lo fuera tanto, ya nunca lo sabremos.

Aunque hago memoria, no recuerdo cuál fue el lugar en el que lo encontré la última vez, hace sólo unos meses. Sí recuerdo que me saludó con un abrazo que, sin que ninguno lo supiéramos, era en realidad de despedida. Descanse en paz.

Enrique Cervera Grajera, ex portavoz del Gobierno de la Junta de Andalucía, es periodista en el gabinete del vicepresidente Manuel Chaves.

Juan Escámez, en 2007.
Juan Escámez, en 2007.

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