La vida agitada del obrero especializado
Servando Carballar lleva 30 años con Aviador Dro y dirige tiendas de cómic
Atención al currículo de este hombre. Se inventó, hace 30 años, el primer grupo ibérico de tecno-pop (Aviador Dro y sus Obreros Especializados); inició el movimiento independiente (sí, lo que ahora llaman indie) en España al fundar la compañía D.R.O. (Discos Radioactivos Organizados), de donde salieron Nacha Pop, Siniestro Total, Loquillo o Gabinete Caligari; se marchó de D.R.O., montó otra discográfica, La Fábrica Magnética, y se arruinó al perder 90 millones de pesetas (¡de principios de los ochenta!)... y sobrevivió. ¿Se acaba aquí la historia? Ni mucho menos. Actualmente es el empresario del sector del cómic más potente de España, con la cadena de tiendas Generación X repartidas por diferentes ciudades, 10 de ellas en la Comunidad de Madrid.
Contaba sólo con 16 años cuando empezó a asimilar a Kraftwerk y Devo
Se llama Servando Carballar, cuenta 47 años y una anécdota ilustra la personalidad de este tipo único. Alguien entra en la tienda de cómic Generación X de la calle de Galileo, 14. El cliente se tropieza con este individuo orondo y risueño, se queda mirándolo, se percata de que es el dependiente del establecimiento y le dice: "Yo creía que eras friki, por ser de Aviador Dro, pero ahora que descubro que también vendes cómic veo que eres refriki".
Vayamos por partes. Seguramente Aviador Dro y sus Obreros Especializados fue la banda más estrafalaria de la estrafalaria movida madrileña. La filosofía de Aviador Dro permanece inalterable durante estas tres décadas: viva la anarquía científica. ¿En qué consiste esto? Carballar la expone: "No estamos de acuerdo con la sociedad actual. Nosotros somos seres mutantes que tenemos ganas de cambio. Somos ateos y con poco respeto por las instituciones políticas. Que sepamos tocar un instrumento es secundario. Hemos conseguido en 30 años no aprender demasiado. No somos músicos, somos hombres de acción". Peca de modestia el principal obrero especializado.
Cuando Aviador Dro despegó, allá por 1979, pocos conocían en España lo que era el tecno-pop y el poder de los sintetizadores. Carballar contaba sólo 16 años cuando comenzó a asimilar las músicas de Kraftwerk, Devo, Ultravox y todo lo que supusiera la fusión de la tecnología con el pop. "Y los Sex Pistols, claro. Ellos nos demostraron que sin tener ni idea de tocar podíamos ofrecer música interesante y divertida. En realidad empezamos como un grupo de punk científico", apunta Carballar.
Los componentes de Aviador Dro salían al escenario enfundados en trajes de neopreno que compraban, a 40 euros la pieza, en las tiendas de protección laboral, ya que estaban diseñados para manejar combustibles inflamables. Los títulos de sus canciones iban en sintonía con sus pintas y su socarronería vital: Nucleares, sí; La chica de plexiglás o Selector de frecuencias son algunos de sus clásicos. "Ninguno creíamos que Aviador Dro iba a durar más de dos años. Y esa sensación de inmediatez, de que no va a durar demasiado, te hace más acelerado. Salimos como de una olla a presión", explica Carballar, rodeado de cómics y de muñecos de Star Trek y de La guerra de las galaxias, que expone en su tienda. Hace justo 15 años abrió la primera Generación X, convirtiendo en negocio su pasión por la literatura de ciencia-ficción y las novelas ilustradas de Superman, Spiderman y Godzilla.
Considera que el cómic vive un buen momento en España. "Hace años se consideraba como de serie Z; ahora es más popular. Además, ha crecido mucho el interés por parte de las chicas. Antes era casi inexistente. Ahora está repartido en un 70% masculino y un 30% femenino", informa. Este aumento se debe en gran parte al éxito del estilo manga. "Es un error", explica Carballar, "identificar manga con sexo y violencia. De hecho, hay autores que editan manga para niños de 10 años. Y si en los más adultos aparece sexo no hay que llevarse las manos a la cabeza. Los japoneses no tienen los tabúes judeo-cristianos de ciertas sociedades y por eso hablan sin prejuicios".
Del cómic a la música. El pasado diciembre Aviador Dro ofreció en Joy Eslava la fiesta de su 30º cumpleaños, donde presentó su recomendable reciente disco, Yo, cyborg. Allí se reunieron los 18 aviadores (ahora son cinco) que han pasado por el grupo en tres décadas. "Fue un ambiente como muy de back to school. Todos estuvimos en el Instituto Santamarca, de Madrid, que era muy de izquierdas. De hecho, su directora militaba en el Partido Comunista de España", apunta Carballar. El momento más loco llegó cuando Alaska se subió a cantar con el grupo una descocada Selector de frecuencias. Después del concierto, el aviador se fue con su mujer, Marta (otra obrera especializada), a Rivas, donde vive con dos hijos (Guillermo, de 20 años, y una niña húngara de ocho años que acaban de adoptar) y sus ¡seis! ordenadores. Ah, y la última: ¿saben en qué es también pionero este sujeto? En llevar perilla: se la afeita desde los 15 años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.