Desde Rusia con 'spam'
Miles de intentos de estafa torpedean nuestros 'e-mails' cada día. En una tipología recurrente, bellas mujeres rusas muestran deseos de conocernos. Pero ¿en qué consiste el timo? Paco, un personaje inventado, mantuvo correspondencia durante dos meses con la explosiva Natalya para comprobarlo
Viagra. Ofertas de trabajo. Problemas con nuestra cuenta bancaria. Amor... Millones de spams [correos basura] torpedean Internet con la intención de que caigamos en alguna estafa. En una de las tipologías más recurrentes, bellas mujeres rusas se muestran deseosas de entablar contacto con nosotros. Natalya, Sasha, Annutka... Todas escriben un pésimo español (o inglés) y acompañan sus cartas de fotos. Son jóvenes y guapas. Y se trata de un burdo timo. El engaño -urdido normalmente por grupos organizados- consiste en trabar amistad con el ingenuo que pique y, tarde o temprano, pedirle "ayuda económica" con la excusa de ir a su encuentro. Quien lo haga, no volverá a ver su dinero. Ni por supuesto tendrá más noticias de la bella espontánea.
"No puedo vivir sin ti, Paco. Llegar a ti cuesta ahora 900 euros. Cuanto antes me ayudes, antes iré"
"Hoy esperaba recibir tu ayuda. Mi amor, Paco, no quiero meter prisa, pero hay que pagar estos días, ¿entiendes?"
Para comprobar cómo se desarrolla el timo, cómo camelan a sus víctimas estas supuestas mujeres necesitadas de amor, decidimos crear el perfil de Paco, un treintañero con correo electrónico propio. Durante dos meses, Paco se ha dejado embaucar por (y ha embaucado a) Natalya, una de tantas espontáneas y con toda seguridad tan falsa como él. Éste es el resumen de una correspondencia real entre dos personajes ficticios. O de cómo una estafadora (o estafador) y una periodista perdieron el tiempo durante dos meses. Éste es el diario de Paco sobre su cibernética historia de amor.
»17 de septiembre. Hoy he recibido el siguiente 'email': "¡Hola! Soy contenta de mandarte mis saludos. ¡Me llamo Natty! Tengo 28 años. Chica dulce, buena, amable, tierna busca un hombre bueno :) Mis amigos hablan que soy alegre y sociable y siempre estoy encantada de comunicar. Querría conocerte, por favor escríbeme sólo a mi correo personal: XXX@yahoo.com si también estás interesado en mí. Espero respuesta con impaciencia. Saludos cordiales, Natty".
Por algún motivo que desconozco, un buen porcentaje de la población femenina rusa quiere entrar en contacto conmigo, pero Natty y sus labios carnosos me han tocado la fibra. Así que le he escrito. Por si acaso se trata de un error no he proporcionado muchos datos personales. Que me llamo Paco, soy español y mis amigos también dicen que soy muy sociable. A ver qué pasa.
»18 de septiembre. Qué sorpresa. Natty ya me ha respondido. En su carta, extensa y alegre, me explica que se llama Natalya Egorova, que cumple 29 años el 1 de octubre, vive en Kirov y le encanta la cocina rusa. "¡Creo que mejor que la comida rusa no hay nada mejor!". Tiene un inglés tirando a malo. Me ha pedido una foto: "Deseo ver tu vista. Los ojos de la persona dicen mucho de la persona. ¿Estás de acuerdo conmigo????". Es muy directa y no disimula sus intenciones: "Yo la típica chica que busca por el amor".
»22 de septiembre. He tardado unos días en responder para no parecer demasiado interesado. Esta vez le he contado más cosas sobre mí: que tengo 34 años, vivo en Madrid y trabajo en una tienda. Además, le he mandado una foto en la que salgo en mi moto y le he preguntado si puedo llamarla Natty. No ha tardado ni media hora en responder. En su carta me cuenta que le gusta cuidarse y no hace falta que lo jure. Adjunta una foto de cuerpo entero y tiene un tipazo. También me cuenta un montón de cosas sobre su ciudad y hasta lo que desayuna: sándwiches y café. No se corta y me ha preguntado si quiero tener hijos. Pero se le ha olvidado responder a todas mis preguntas, incluida la de si puedo llamarla Natty.
»2 de octubre. Llevo dos semanas escribiéndome con Natty (sigue sin decirme si le gusta, pero yo la llamo así). El otro día me contó que es huérfana y la ha criado su tía. También me mandó dos fotos del día de su cumpleaños. Sale guapísima. Lleva un vestido rosa y posa con un ramo de flores. Está hecha una romántica: "Cuando tus cartas mi corazón empieza a regocijarse", me escribe. O, "es pena que no estabas en mi aniversario, yo habría estado más feliz en 1.000 veces". Me hace gracia su inglés, aunque a veces no entiendo nada. También me resulta extraño que no responda a ninguna de mis preguntas. Supongo que se debe a lo emocionada que está contándome su vida.
»8 de octubre. Hoy Natty me ha mandado una carta explosiva acompañada de una foto en la que sale enseñando canalillo. Me llama "mi ángel" y dice que se vuelve loca con mis cartas. "El amor es en general un sentimiento elevado que sólo tienen las personas (...). Para mí ya son muchos años. ¡Es esa edad en la que es necesario pensar en el futuro!!! Le he dicho a la tía que tú la mejor persona, Paco, y confío en ti plenamente". La tengo en el bote. Me ha pedido el teléfono. Dice que no puede darme el suyo porque, por desgracia, no tiene.
»15 de octubre. Me he portado un poco mal con Natty. He tardado una semana en responderle, pero por suerte no me lo ha reprochado. Cada vez está más loca por mí: "¡He encontrado el amor de mi vida tú, Paco!!! Cada día echo de menos tus cartas. Sí, Paco, te amo". Le he contestado que ella a mí también me gusta y le he pedido el teléfono de alguna vecina para poder llamarla.
»21 de octubre. Esto se está complicando. Natty dice que deberíamos conocernos porque está que ni duerme por las noches. "Mis sentimientos crecen a ti cada día, y esto no meras palabras. Paco, tú esa persona con que quiero dividir pensamientos, sueños y esperanzas. Pienso en ti y mi corazón se pone caliente. Creo que deberíamos vernos, mirar en los ojos. En Internet las emociones se pierden". Respecto al lugar del encuentro, lo tiene claro: deberíamos vernos en España. "Yo sería contenta muy fuerte si nosotros contigo nos viéramos en tu país. Creo mucho mejor. Rusia no es sitio para encuentros". Esta vez me manda una foto en top less (aunque no se le ve el pecho). La despedida ha sido la guinda: "Deseo sentarme en tu casa y beber vino tinto contigo, Paco, y después preocuparme por tus labios". Por cierto, ni rastro del teléfono de su vecina. Tendré que recordárselo.
»21 de octubre. Natty me pide dinero. No me ha dicho cuánto, pero me ha adelantado que sin mi ayuda no hay forma de que pueda venir a verme. Va a ir a una agencia de viajes "barata" a preguntar precios. "¡Superaremos todas las barreras juntos!", dice al final de su carta. Yo le he respondido que vale, pero que tenga en cuenta que no soy millonario. Y que es importante que me diga en qué fechas piensa venir porque tengo un mes un poco complicado.
»22 de octubre. ¡Natty me acaba de pedir 1.115 euros! Dice que ha ido a la agencia de viajes "más barata" de su ciudad y que necesita 350 euros para el visado, lo que incluye "los gastos de registro, del consulado, un examen físico, el pasaporte e inoculación (sic)", más 800 euros para el billete de avión. El total suma "sólo" 1.115 euros que debo enviarle vía Western Union. No me sale la cuenta. ¿Significa esto que yo pongo 1.115 euros y ella 35? "La primera noche de amor será inolvidable", dice al final del mail. "Sueño con sentir de tus besos apasionados y abrazos calientes. Ahora nuestro encuentro sólo depende de ti, Paco".
»23 de octubre. Llevo todo el día discutiendo con Natty sobre el coste del viaje. Le he dicho que en Internet he visto vuelos desde Moscú por 300 euros, no entiendo por qué el suyo sale tan caro. También le he insistido en que me diga en qué fecha tiene pensado venir, detalle importantísimo al que siempre se olvida responder. Está demasiado embriagada por el amor, como demuestran las cosas que me escribe: "Deseo contar a ti tanto, sobre todo lo que siento, sobre las estrellas, la luna, sobre el cielo y sobre todo lo que nos rodea". Insiste en que su agencia de viajes es la mejor opción. "No confío en Internet", dice. "Mi agencia es lo más barato y les confío 100%. Ahora todo depende de ti, Paco. Espero me ayudes hoy. Recuerda te amo y sueño contigo. Te quiero. BESOSSSSSS".
»25 de octubre. Ha costado, pero parece que por fin nos hemos puesto de acuerdo en la fecha. Natty quería venir el 5 de noviembre, pero ese fin de semana se casa mi primo Pepe y le he pedido que retrase su viaje al 12 de noviembre. Me ha preguntado si quiero que me acompañe a la boda, pero le he dicho que no me parece buena idea. Le he vuelto a pedir un número de teléfono donde contactarla y le he dicho que por favor deje de recordarme que todo depende sólo de mí, pero no me ha hecho caso: "He bebido la bebida del amor y ahora no puedo vivir sin ti, Paco. Cuanto antes me ayudes, antes iré. Llegar a ti cuesta ahora 900 euros. Desde 1 de noviembre billetes mucho caro porque pronto Navidad. ¿Entiendes? No he mandado teléfono porque estoy conectada con red de comunicación móvil que sólo funciona en área de Kirov, no puedo llamar a ti ni tú a yo. Tu mujer y princesa, Natalya".
»27 de octubre. Hoy al fin le he confesado a Natty que vivo con mis padres. Me ha dado mucha vergüenza, pero le he explicado que en España no es tan raro. Le he advertido de que mi madre no me deja meter a amigas en mi cuarto y que tendrá que dormir en el sofá del salón, con los gatos. También le he pedido que se traiga un casco para la moto (yo sólo tengo uno) y cuatro botellas de vodka. Ella me ha respondido enseguida. Además de confirmar su amor ("Preferido, ¿por qué tú tan lejos? Mi dulce, deseo estar constantemente a tu lado para cuidar a tú"), me tranquiliza: "Paco, no busco riquezas ni buena habitación. Estoy muy agradecida que tu mamá acepta a mí como visitante. ¡Gracias! No me supone ningún problema dormir en sofá, también puedo dormir en suelo". Dice que me traerá el vodka y que le pedirá a su tío el casco.
»29 de octubre. Estoy muy enfadado con Natalya. Todo empezó ayer cuando me escribió preguntándome por el dinero: "Hoy esperaba de nuevo recibir tu ayuda. Mi amor, Paco, no quiero meter prisa pero hay que pagar estos días, ¿entiendes??". Yo le he explicado que he tenido unos días muy complicados. Mi madre se dejó el grifo de la cocina abierta y se ha inundado la casa. Encima uno de los gatos se ha perdido. En fin, que han sido unos días de locos, a lo que ella ha respondido de muy malos modos: "¿Qué has hecho hoy? Hoy es 29 de octubre, ¿entiendes? Sigo esperando ayuda, he dado prisa, preparado documentos... ¡Ahora sólo espero tus acciones! Tú prometes pero no acometes acciones...". Le acabo de mandar un mensaje enfadadísimo. ¿Cómo puede ser tan egoísta? ¿No se da cuenta del caos que hemos vivido?
»3 de noviembre. Natty me ha escrito varias veces pidiéndome disculpas. "Yo pido perdón por mío último mail...", me dice en la primera carta, "siento lo que ha pasado en tu apartamento. Es una tragedia. Perdona, estaba en emociones. ¿Tu mamá está en orden? Perdón, Paco. Te quiero". En la segunda, me manda un poema: "Aflijo, sin ti para mí es duro. La noche se interrumpe mi corazón, se mezcla el dolor de las sombras que ríen porque necesito esforzarme en la soledad. Escríbeme, Paco, no encuentro sitio en el mundo sin ti. Siento dolor en pecho. No quiero sufrir más, Paco. Ya he sufrido mucho en la vida. Te quiero mucho".
»5 de noviembre. Hoy le he contado a Natty que he visto vuelos a Moscú por 280 euros y estoy decidido: es mucho mejor que sea yo quien vaya a verla. No ha tardado ni dos horas en responderme. Me manda una carta muy larga en la que cuenta unas cosas terribles: "Ahora en Rusia tarde, pero quiero responder rápido. En Internet pone que los vuelos barato. ¡Pero la mitad en Internet mentira! Una amiga ha pagado billete a Alemania y después queda con VISA vacía y no billete. Yo no en contra tú venir Rusia, pero tú entender que una habitación cuesta muy caro: ¡120 dólares por una noche de hotel! Y además la comida. ¿Ahora cuenta cuánto dinero cuesta por una semana!!?? Sería conveniente para mí que tu venir a Rusia, pero yo preocupo por nosotros. En Rusia los extranjeros no gusta, gente malvada saquea extranjero y desvisten desnudo. Constantemente veo en televisión gente extranjera sufrir, sin documentos. Paco, no quiero asustar, hago por nosotros. Puedo vivir en hotel si tú no quieres que yo vivir en tu casa. ¡Te quiero, Paco!".
»8 de noviembre. Le he escrito a Natty para explicarle que ya es tarde: ¡ayer me compré el billete! Llego a Moscú pasado mañana. Le he mandado mi número de vuelo. ¿Vendrá a recogerme al aeropuerto?
»11 de noviembre. Natty no se entera de nada. Me ha escrito de nuevo diciéndome que no se me ocurra ir a Rusia ("No falta que vengas, vamos a gastar mucho dinero. Si voy yo dos veces más barato. Y viviremos juntos y tendremos niños y buscaré trabajo. Y luego iremos a Rusia a visitar a mi familia. ¡Espero tú cambies de entender, mi dulce melocotón!!"). ¡Pero si yo ya estoy en Moscú! Le he escrito explicándole su error. También le he contado que en el avión he conocido a Nadia, una azafata majísima que se ha ofrecido a enseñarme la ciudad. Le he dicho que no se preocupe, que lo estamos pasando muy bien y me está encantando Moscú. No sé si le molestará, pero le he dicho que no me parece que la ciudad sea tan cara ni tan peligrosa como ella decía.
»13 de noviembre. "Hola mi amor Paco, ¿Cómo estás mi dulce? He llamado a agencia de viajes en Moscú para saber si de verdad has llegado a Moscú... A mí han informado que llamado Paco no ha llegado nadie este mes. ¿Por qué me decepcionas??? Querido Paco, ¿qué yo a ti te he hecho mal? ¡ No entiendo tus acciones! ¡Espero explicaciones! Con amor, Natalya".
»14 de noviembre. "¡Yo ya sabía que tu comportamiento sería éste! Natalya".
»25 de noviembre. "¿POR QUÉ HAS JUGADO CONMIGO? ¿QUÉ YO PARA TI HE HECHO DE MALO? ¿TÚ A TODAS LAS CHICAS ASÍ ROMPES EL CORAZÓN?".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.