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El acuerdo institucional entre PSE y PNV rebaja el frentismo tras el cambio

Los nacionalistas renuncian a enmendar el presupuesto a la totalidad

El riesgo de que la política vasca volviera a encajonarse en una dinámica frentista, apuntado por los nacionalistas tras su relevo del Gobierno por el acuerdo para el cambio entre el PSE-EE y el PP, quedó formalmente disipado ayer con la presentación del pacto entre peneuvistas y socialistas, al que se sumó Hamaikabat, socio del PNV en la Diputación de Guipúzcoa. A menos de seis meses de la salida de los nacionalistas del Gobierno, el cambio se ha traducido en una inédita apertura del juego politico en Euskadi, con presencia de los tres principales partidos, que suman el 90% de la representación parlamentaria, conformando un triángulo de hierro que blinda el funcionamiento de las instituciones.

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El acuerdo, favorecido por la crisis, no sólo garantiza al PNV los presupuestos del próximo año en las tres diputaciones y el intercambio de apoyos con los socialistas en los ayuntamientos donde les sea necesario a cada cual, sino que apunta compromisos de consenso a más largo plazo en materia de fiscalidad, armonización tributaria en los tres territorios y sostenimiento del sistema de servicios sociales. El propio texto señala como objetivo "la desactivación de cualquier pugna política" respecto a esas cuestiones nucleares para el funcionamiento del país, lo mismo que en relación con la inversión pública, el endeudamiento o el apoyo a sectores económicos en crisis. Como novedad de efecto inmediato está la unificación de criterios en materia tributaria en las diputaciones. En las deducciones por creación de empleo, Vizcaya y Álava las elevarán al nivel de Guipúzcoa, mientras esta Diputación elimina el Impuesto de Patrimonio y se igualará a Álava, lo mismo que Vizcaya, en el tipo reducido para la adquisición de vivienda. "Por primera vez se armoniza una política fiscal en toda la comunidad autónoma, rompiendo la dinámica de años anteriores", resaltó el portavoz socialista, José Antonio Pastor.

Este pacto, añadido al ya sancionado entre el PSE y el PP, garantiza que todas las instituciones podrán aprobar sus presupuestos para 2010. La portavoz del PNV en la negociación con los socialistas, Belén Greaves, anunció que su partido no presentará enmienda a la totalidad al proyecto de ley de Presupuestos del Gobierno. Su apoyo o abstención dependerá de la aceptación a sus enmiendas parciales.

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Cuando el PNV ofreció en julio su pacto de estabilidad para todas las instituciones vascas era claro que la reciprocidad que podía ofrecer al apoyo que buscaba de los socialistas no podría darse en Euskadi, porque el Ejecutivo de López no precisaba su respaldo, y que tendría que pagar su precio en Madrid, facilitando los Presupuestos Generales del Estado. Con el blindaje del Concierto como bandera visible, el PNV se ha salvado así de lo que podría haber sido una situación muy inconveniente: la de encontrarse con las instituciones bajo su responsabilidad sumidas en el caos presupuestario en el último ejercicio previo a las siguientes elecciones municipales y forales y, tal vez, perdiendo la Diputación de Álava. El orden en que se han sustanciado los acuerdos no es baladí: primero, el voto del PNV contra las enmiendas de totalidad a las cuentas de Madrid, después la escenificación del acuerdo entre López y Basagoiti y, por último, el de los socialistas con los peneuvistas.

Todos ganan en esta política de acuerdos. El PNV, porque estaba fuera de juego tras el pacto PSE-PP y se libra de agobios donde gobierna. La ganancia del PSE, como partido del Gobierno y aun sin necesitar los votos del PNV, está en su conquista de la centralidad política como elemento común de esa doble alianza con populares y peneuvistas, que desmonta tanto las acusaciones de frentismo como las de entreguismo al nacionalismo. Y el PP recobra utilidad política tras la etapa de San Gil para, desde su pacto con López, poder fraguar acuerdos también con el PNV en el futuro.

Las delegaciones del PSE (a la izquierda) y del PNV  en la firma del acuerdo, en la sede del Parlamento vasco.
Las delegaciones del PSE (a la izquierda) y del PNV en la firma del acuerdo, en la sede del Parlamento vasco.L. RICO

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