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Reportaje:teatro

'El pisito' de Azcona se muda a un teatro

El cineasta Pedro Olea dirige la adaptación del clásico del neorrealismo

El pisito, película de Marco Ferreri con guión de Rafael Azcona, supuso para la cultura de la España de finales de los años cincuenta una alegría para el cuerpo. Un agradable destello de talento. Era un retrato certero e irónico del día a día de la clase media urbana, que vivía en situación precaria. Ahora, en manos de Pedro Olea, El pisito, parte de aquel escaso cine español luminoso, también salta a los escenarios teatrales.

Mañana, este montaje -que cuenta al frente del reparto con Pepe Viyuela, Asunción Balaguer y Teté Delgado- se estrena en el Palacio de Festivales de Santander, y a partir del día 5 de septiembre estará en el madrileño teatro Marquina.

El proyecto es un empeño personal de Juanjo Seoane, reconocido hombre de teatro, que celebra con este título su montaje número 100 como productor. Aunque también ha ejercido muchas veces, como ahora, de adaptador. Se ha encargado de la versión junto con Bernardo Sánchez, quien llegó a hablar con Azcona, antes de que éste falleciera en marzo del año pasado, de este proyecto. El que acaso fuera guionista más importante del cine español se sintió muy interesado e ilusionado con la idea.

Seoane, que durante años ha firmado sus textos bajo el seudónimo de Juan Altamira, da en esta ocasión la cara. Se ha partido de una cuarta versión de El pisito. La primera fue un libro que pasó la censura franquista. Después, Ferreri quiso enmarcar la historia dentro de un neorrealismo más moderno y así surgió la segunda versión en forma de guión para el filme. Hace no muchos años se reeditó y Azcona aprovechó para incluir cosas que la censura no le dejó poner y también añadió apuntes de la película. "Y aquí estamos con la cuarta. Azcona habló de ella con Bernardo y se aleja del neorrealismo para acercarse a la novela, un sainete negro bastante esperpéntico, divertido y a la vez tremendo... E incluso perfectamente vigente por el problema actual con los pisos", señala Olea.

Porque la historia que se relata es la de Rodolfo y Petrita, que en la pantalla fueron José Luis López Vázquez y Mari Carrillo, una pareja desesperada que no se puede casar porque no tiene forma de hacerse con un piso. Por eso, Petrita, angustiada, propone que su novio se case con Doña Martina, una ancianita que a su vez es la patrona de Rodolfo.

Olea aclara que en su montaje no se ha actualizado nada, "entre otras cosas porque ahora sería imposible que una pareja llevara 14 años de noviazgo sin haber tenido relaciones sexuales".

Un descanso en el ensayo de <i>El pisito</i>.
Un descanso en el ensayo de El pisito.ÁLVARO GARCÍA

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