Brindis al sol
En el anuncio realizado por la vicepresidenta primera del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, de que su Ejecutivo pretende dar titulación a las amas de casa para, supuestamente, entrar en el mundo laboral, hay demasiados puntos oscuros, demasiadas lagunas que hacen que algo que en principio suena positivo no lo sea tanto y, que más bien, parezca un circo al que le crecen los enanos.
El principal motivo de desacuerdo es que ideológicamente esta medida nos perpetúa y nos ancla en el rol de eternas cuidadoras, a la vez que entra en flagrante desigualdad y contradicción con la lucha por la emancipación de la mujer y, sobre todo, en la lucha por la corresponsabilidad en los cuidados a personas dependientes.
Pensamos que, lejos de ser acciones para impulsar la igualdad, esconden en realidad ideas trasnochadas y de otros tiempos, en los que a los hombres los mandaban al Servicio Militar y a las mujeres al Servicio Social, es decir, "a sus labores". Condenadas al ámbito privado, a los cuidados de los dependientes y a no ser independientes.
Las mujeres estamos capacitadas para muchos más puestos que éstos.
Puestos a pedir, sugerimos a la señora vicepresidenta que nos dé el título de economistas con matrícula de honor. ¿Cuántas mujeres no se lo merecen cuando hacen diariamente el milagro de los panes y los peces, y dan de comer todos los días, con sueldos ridículos, a sus familias.
