Arenys acogerá un 'outlet' con barcos embargados y de segunda mano
La crisis da lugar a una feria de yates con descuentos de hasta el 60%
Algunos de los indicadores en un ciclo de esplendor económico en un país son las ventas de champán y barcos. Unos y otros han vivido un buen ciclo en España. Pero ahora son también algunos de esos productos-símbolo que sufren su reverso: barcos que las empresas han construido y no han podido colocar en 2008, otros que el banco ha decidido vender cuando el propietario es incapaz de pagar el crédito y otros de segunda mano, de los que sus dueños pretenden deshacerse formarán la exposición de un outlet náutico que se celebrará en Arenys de Mar (Maresme) entre el 26 y el 30 de marzo.
"Los barcos que vienen de entidades financieras son, afortunadamente, los menos. Pero serán muy baratos porque el banco o la caja lo va a vender por la cantidad que le deben, es decir, por lo que le quedaba por pagar al propietario", explica José Cabanas, de la empresa Varador 2000, que ha organizado la feria.
Las ventas de yates y otros barcos han caído el 53% en lo que va de año
Cabanas explica que los descuentos oscilarán entre el 40% y el 60%. De momento, la cita acogerá 60 unidades de todas las marcas y esloras, aunque los organizadores calculan que esta cifra crecerá cuando se acerque la fecha. Parte de la oferta procede de los actuales propietarios, que deciden deshacerse de su yate, bien para comprar otro, bien para ahorrarse los gastos. Y es que tener una embarcación de unos 12 metros de eslora cuesta, como en amarres, entre 250 y 300 euros al mes.
El padre de la iniciativa ha escogido el concepto outlet con voluntad de mercadotecnia. "Es una feria, con barcos de segunda mano, pero poniendo el acento en el outlet esperamos que la gente se anime", explica.
Porque si el año pasado fue malo para la industria náutica, con una caída de las ventas del 15%, en 2009 pintan bastos: entre enero y febrero, las ventas se han derrumbado el 53%, según los datos de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN).
El director general de la entidad, Alejandro Landaluce, advierte de que "las expectativas son muy malas y pueden ser peores" para el sector, por lo que exige al Gobierno central un mejor trato fiscal. En concreto, pide la suspensión del impuesto especial de matriculaciones (del 12%, para embarcaciones de más de ocho metros de eslora), además del IVA correspondiente.
A Landaluce no le gusta que se relacione el sector con el boom de la construcción y el efecto de exhibición de la riqueza, sino "con los amantes del mar" y éstos, asegura, seguirán existiendo con o sin crisis.
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