_
_
_
_
_

Un neonazi niega ser xenófobo e invoca su vocación intelectual

Interés histórico, filosófico e intelectual. Ése fue el motivo que, según su declaración, movió a Óscar Panadero a fundar en 2003 la librería Kalki de Barcelona, desde la que propagó el ideario nazi que justifica el Holocausto judío y propugna la eliminación de grupos raciales. El acusado negó que fuera xenófobo, pero admitió su admiración por el Tercer Reich. Eso sí, siempre desde el punto de vista intelectual, precisó ayer en la Audiencia de Barcelona.

La Sección Décima empezó a juzgar un caso calcado al de la librería Europa, en el que bajo la tapadera de una supuesta actividad intelectual operaban grupos que difundían su ideario en libros y pasquines. En este caso, era el Círculo de Estudios Indoeuropeos el que, en opinión de las acusaciones, fue el sustituto del Cedade, que lideró Pedro Varela desde la librería Europa.

Los Mossos d'Esquadra registraron el local en 2003 y 2004 y se incautaron de miles de ejemplares. Tantos que se necesitan tres furgonetas para transportarlos. De ahí que el presidente del tribunal, José María Pijoan, pidiera ayer a los abogados que concretasen sobre qué obras preguntarían, para buscarlas.

"Oiga, ¿qué finalidad tenían los uniformes? ¿Los llevaban para pensar más?", inquirió el juez al acusado cuando se interesó por la vestimenta paramilitar que lucían los miembros de la orden, un crepúsculo de CEI que se definían como "monjes guerreros portadores de la espada y de la cruz gamada".

"Era una organización religiosa", precisó el acusado, "y escondíamos los nombres porque sabíamos que no era popular". Después precisó que él no justifica el Holocausto, pero admitió que la policía autonómica también descubrió en su local banderas nazis, uniformes y adhesivos.

El fiscal solicita para los cuatro acusados penas de entre cinco y ocho años. Además de Panadero, se sientan en el banquillo Juan Antonio Llopart Senent, administrador de la sociedad Ediciones Nueva República SL, ubicada en Molins de Rei y desde la que se componían y se distribuían las obras, así como Carlos García Soler, colaborador de algunas publicaciones. La lista se completa con Ramon Bau, que fue presidente de CEI.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_