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Juicio al dueño de Leche Río por delito ambiental

El dueño de Leche Río vuelve a sentarse en el banquillo por un delito contra el medio ambiente. De cumplirse la pena que pide para Jesús Lence el Ministerio Fiscal, los dos vertidos que su depuradora supuestamente emitió sobre el río Tórdea, un afluente del Miño, podrían costarle tres años de cárcel y una multa de 162.000 euros. El empresario ya fue condenado anteriormente por un delito de la misma naturaleza. Ayer la defensa expuso que no se le puede imputar a Lence fallo alguno en la depuradora de la fábrica.

El río Tórdea pasa por la localidad de Veiga de Anzuelos, donde se encuentra la fábrica Leche Río. El 15 de agosto de 2002, un vertido producido por la depuradora de la factoría contaminó las aguas y causó la muerte de 83 bogas y 1.815 truchas. "Una gran mortandad piscícola", según el escrito de la acusación. La vista oral del juicio contra Jesús Lence que se celebró ayer ya había sido aplazada el 3 de diciembre, porque no se presentó ni una bióloga que había sido llamada a declarar ni un guardia civil del Seprona.

Éste no es el único vertido por el que ha sido juzgado el empresario. Lence fue condenado por otro derrame por el que el fiscal pidió cuatro años de prisión, ya que supuso la muerte de más de 3.000 peces. Finalmente, el juez sólo lo condenó a 24 meses, pero no ingresó en la cárcel por no tener antecedentes, una circunstancia que ya no se da ahora. Entonces los vertidos acabaron con la vida de 1.526 truchas y 1.741 bogas.

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