El policía más salvaje de EE UU
Michael Connelly, estrella de la novela negra actual, habla de literatura en Barcelona
Harry Bosch, el popular detective de Michael Connelly (Filadelfia, 1956), nació a las letras en El eco negro, en 1992. Supimos entonces que la guerra de Vietnam le marcó profundamente. Su unidad, las ratas de túnel, estaba encargada de limpiar los pasajes subterráneos del Vietcong.
Más tarde y en otras novelas, Connelly va construyendo su biografía. Nos enteramos así que era hijo de una prostituta, que fue asesinada, que él había estado en diversas casas de acogida. También que se había casado, que tuvo un mal divorcio y que no había vuelto a saber de su hija. Entró en la policía de Los Ángeles y estuvo cinco años patrullando las calles. Fue ascendido a detective de Homicidios y pasó a la Brigada Especial de Robos y Homicidios.
El autor de 'Echo Park' cita a Chandler y Ellroy como referencias
El escritor de Filadelfia recibió ayer el IV Premio Pepe Carvalho
"Sé que los agentes de mi país piensan que la pena de muerte es buena"
"Los Angeles Times' me dio disciplina. Los periodistas escriben cada día"
En El último coyote fue suspendido por haber agredido al teniente Pounds, que le estropeó un interrogatorio a un sospechoso. Aprovechó el paro para averiguar quién asesinó a su madre y tras duros avatares -es golpeado en la cabeza, sufre una conmoción, es hospitalizado, pero se escapa- resolvió ese caso que le torturaba.
Durante ocho meses fue castigado en la División de Robos. En Pasaje al paraíso, vuelve a Homicidios. Pero novela a novela, va enfrentándose más y más con el Departamento de Policía. A quien más odia es al subdirector Irving, que luego jugará a ser político. Al fin se cansa y, tras 25 años de servicio, decide retirarse. En Luz perdida, Harry tiene ya 52 años y se ha sacado licencia de detective privado. En Cauces de maldad, quiere de nuevo su placa y se incorpora a la Unidad de Casos Abiertos. Echo Park, uno de esos casos no resueltos, le lleva a las puertas del infierno y a su compañera de trabajo, al borde de la muerte. Nuevamente es apartado del trabajo, al que regresa con El observatorio, donde se enfrenta con el FBI.
Bosch resuelve, de una manera u otra, y no todas legales, los casos en que trabaja. Está en la policía, pero actúa por libre. "Yo crecí leyendo a Raymond Chandler y a Joseph Wambaugh y de la admiración por sus personajes surgió esa mezcla que es Bosch, un policía que no está totalmente dentro del departamento", dice Connelly. Además de estos autores, el escritor cita a Ross McDonald y James Ellroy. Por todos ellos se fue a California. "Su lectura y los escenarios de Los Ángeles me ayudaron mucho. Mientras estuve en Florida intenté escribir dos novelas y no salió nada". Y es en "esta ciudad magnética", donde se inventa al policía. "Bosch tiene que luchar contra todo tipo de obstáculos para llevar adelante sus investigaciones. A veces es la política, otras la corrupción, la burocracia, incluso la estupidez. El resultado es que casi siempre está en contra de su propio departamento, eso le acerca mucho a sus lectores".
El ex agente del FBI McCaleb, otro de los espléndidos personajes de Connelly, define perfectamente a Bosch: le llama "el ángel vengador". "Es concienzudo y listo, pero se aproxima demasiado al abismo". Connelly lo confirma: "McCaleb tiene razón. Yo admiro el trabajo de la policía. Es fácil hacerlo mal y difícil hacerlo bien. Se asoman al abismo y luego vuelven a casa con todo eso a cuestas. La oscuridad a que se enfrentan les alcanza también a ellos".
En un momento de desesperación, en Echo Park, Bosch se muestra favorable a la pena de muerte. "No creo que fuera un impulso. Por mi trabajo de reportero sé que todos los policías piensan que la pena de muerte es buena ante tanta devastación. Yo no estoy del todo de acuerdo, pero en esto soy objetivo, doy la opinión de un policía".
Connelly nació en Filadelfia, pero a los 11 años se fue a Florida, donde estudió periodismo. Trabajó 10 años en Los Angeles Times. "Si no hubiera estado en este diario ahora no estaríamos sentados aquí. Me sirvió para meterme en el mundo de la policía y del crimen. Y me dio disciplina. Los periodistas escriben cada día".
Si Bosch ha protagonizado 14 novelas, Terry McCaleb sólo tres. La primera, Deuda de sangre, la llevó al cine Clint Eastwood. Le siguieron Más oscuro que en la noche y Cauces de maldad, en la que el detective Bosch investiga la muerte del agente McCaleb. ¿Por qué le mató tan pronto? "Se me hizo difícil seguir con él tras haber visto su cara en el cine".
Y el abogado Michael Heller, ¿volverá alguna vez? "Aparecerá en la próxima novela, El veredicto. Un fiscal es asesinado. Heller asume las investigaciones que estaba efectuando y Bosch se encarga del asesinato". Se publicará en España en octubre. Esta novela, como las más recientes de Connelly, están editadas por Roca Editorial, que también recupera en bolsillo sus otros títulos. Ediciones B ha lanzado Crónicas de sucesos, que reúne sus trabajos periodísticos. Connelly recibió ayer el IV Premio Pepe Carvalho, y habló de lo bien que se siente en Barcelona- donde participa en el festival BCNegra- y en España, donde "se valora la novela negra".
Libros, 'El Caso' y una plaza para Manuel Vázquez Montalbán
- Nueva colección y nuevos autores. Entre las muchas actividades que desarrolla BCNegra, destacó ayer la salida de una nueva colección, Roja & Negra, que edita Mondadori y dirige Rodrigo Fresán. Tratará temáticas rojas (criminales) y negras (policiacas). Fresán afirmó que no se ajustará exactamente a los parámetros del género, ni a que "tengan más muertos", sino que ofrecerá una voluntad estilística y un mejor contenido. Ya están los dos primeros títulos en las librerías: Delitos a largo plazo, del británico Jake Arnott, y El poder del perro, del estadounidense Don Winslow.
- Una plaza para el 'padre' de Carvalho.
Cinco furgonetas de la policía dos calles arriba en una redada contra un posible comando islamista, suelo mojado por la lluvia, frío y policía secreta mezclada con escoltas. Un auténtico escenario negro envolvió ayer la inauguración en Barcelona de la plaza (dura) dedicada a Manuel Vázquez Montalbán, en la calle Sant Rafael junto a la Rambla del Raval. En realidad, no muy lejos del despacho de 39 metros cuadrados que el detective Pepe Carvalho tenía en La Rambla y casi al lado del piso de 50 metros cuadrados donde vivió la familia del escritor, y al que no llegó la electricidad hasta 1947. Hoy, en su plaza desemboca un hotel de cuatro estrellas. Por debajo limita con la futura sede de sindicatos. Menos mal...
- Fuente de inspiración. Durante años la única información de sucesos era la que hacía la Dirección General de la Policía. El panorama cambió en 1952 con la salida del periódico El Caso, que durante tres décadas explicó los sucesos de la España real frente a la oficial. BCNegra le rindió homenaje con una mesa redonda donde participaron uno de sus redactores, el cineasta Pere Costa, y el periodista Josep Martí Gómez. En el palacio de la Virreina se exponen portadas de sus 35 años de vida.
Babelia
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