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Reportaje:

El entrenador de Lotina

El psicólogo Joaquín Dosil ayuda al técnico del Dépor a ejercer de líder

Desde hace año y medio cada víspera de fin de semana Joaquín Dosil se pasa por el vestuario de Miguel Ángel Lotina en Abegondo. Doctor en Psicología y profesor del Departamento de Psicología Evolutiva y Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte de la Universidad de Vigo, Dosil es el coach del técnico del Deportivo, su entrenador de mente, que diría Luis Aragonés.

"Casi nadie trabaja el factor psicológico y es algo que permite sumar más puntos", anticipa Dosil. Quizás por ello sorprende que trabaje para Lotina a título particular, que sea el técnico vasco el que se rasque el bolsillo para pagar sus servicios, no el club, que a la postre se beneficia de esa inquietud. Nada extraño, por otra parte. El mundo del fútbol todavía percibe al psicólogo como un intruso. "Falta información -zanja Dosil- porque si los entrenadores y los jugadores supieran lo que les podemos dar no dudarían en venir a buscarnos". Benito Floro lo hizo en su día y metió en el sacrosanto vestuario del Real Madrid a un psicólogo al que, pecado, no le gustaba el fútbol. Un día se plantó ante los jugadores y les retó: ¿Alguno de ustedes se atreve a recitar una poesía con los pantalones bajados?". Respondió Chendo, un cerril defensor murciano: "No sé poesía, pero si usted quiere me pongo en pelotas delante de todos". La experiencia dejó el regusto de las modas pasajeras y fallidas, pero Dosil abandera otra metodología. "El entrenador tiene que saber usar la psicología, pero él no es el psicólogo. Proponemos recurrir a profesionales especializados no ya en deportes sino en determinadas modalidades y que además las practiquen para tener sensaciones similares a las de técnicos o deportistas".

El técnico busca a título particular ayuda para manejar el vestuario
"Pocos lo trabajan y el factor psicológico permite ganar puntos", dice Dosil

Lotina no tuvo dudas. En el Espanyol y en la Real Sociedad ya había trabajado con psicólogos y nada más llegar a A Coruña contactó con Dosil. Éste asegura que ha encontrado en el técnico vizcaíno "un innovador" receptivo a una aportación psicológica que mejore su rendimiento profesional.

Dosil es un apoyo para Lotina en los buenos y en los malos momentos. Hace ahora un año el Deportivo estaba en una situación crítica y el técnico casi con el finiquito en la mano. "Decidió un cambio en el sistema táctico y se transmitió a los jugadores que había que confiar en esa variación. Se les hizo ver que era una solución y confiaron en ello porque trabajamos para que el técnico resultara creíble y fuera un líder en momentos tan complicados", recuerda el psicólogo.

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Ayudaron los resultados, claro, pero el equipo entró en un bucle positivo. Lotina, asegura Dosil, acabó entonces por ganarse el respeto de la caseta. "Apostamos por un entrenador democrático, con autoridad, pero también con mano izquierda, abierto al diálogo y a la comunicación. En ese sentido, Lotina me ha sorprendido porque da justo el perfil que buscamos de entrenador democrático".

Quizás ahí esté la explicación de la reciente decisión del técnico de repartir juego entre toda la plantilla cuando el calendario apretó las citas en Liga y Copa del Rey. Se le criticó por el resultado, pero estaba en juego el equilibrio del grupo. "La idea que persigue es la de intentar que todos los jugadores de la plantilla estén al cien por cien y que todo el mundo perciba que va a tener su oportunidad", ilustra Dosil, que tras los partidos conversa con Lotina para hacer un balance de lo sucedido sobre el césped y planificar cuando, como y en que sentido es conveniente dirigirse a los jugadores durante los siguientes días. Como liderarlos, en definitiva.

Con todo, Joaquín Dosil rebaja su influencia y deja claro que su trabajo es tan sólo una aportación más para que Lotina tenga más elementos para tomar decisiones. Pero al final lanza un órdago. "Estoy dispuesto a coger a cualquier equipo y cobrar por puntos conseguidos". Ya lo hizo con el Pontevedra y se llevó un buen cheque: quedaron campeones de su grupo de Segunda B, pero sucumbieron en el play-off de ascenso. "Ahí aumenta el azar", se defiende.

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