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Alarte urge a Camps a dar la cara y liderar la política económica

El líder socialista apoya a los sindicatos en las movilizaciones por el empleo

Miquel Alberola

El secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, mostró ayer su apoyo a los dos sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT, en las manifestaciones por el empleo que se celebrarán el sábado en las tres capitales valencianas. El líder socialista destacó la coincidencia con los sindicatos "en la problemática de los más de 380.000 parados y sus familias", así como en la necesidad de que el Consell "no solo mire y escuche, sino que actúe y reaccione".

Tras una reunión con los secretarios generales de CC OO y UGT, Joan Sifre y Rafael Recuenco, respectivamente, Alarte incidió en los perfiles propios de la crisis en la Comunidad Valenciana, que, explicó, hacen que el desempleo sea mayor que en otras comunidades. En ese sentido, resaltó las responsabilidades del Consell en la situación e instó al presidente Francisco Camps a cambiar sus prioridades y a dar respuesta desde la concertación y el diálogo social. Asimismo, defendió el papel de los sindicatos y los animó a defenderlo en los momentos de dificultades "sin ambages" ante todos los poderes públicos.

Alarte trasladó a los sindicatos su discrepancia con las fórmulas de recorte social propugnadas por el PP para solucionar la situación y apostó por mantener las prestaciones públicas e impulsar un cambio radical de estrategias. Así, realizó una serie de propuestas urgentes. Entre ellas, destacó la necesidad de un cambio radical en las políticas del Servicio Valenciano para el Empleo y la Formación (Servef), destinar la mitad del dinero de inversión de la Generalitat a una apuesta por la economía real o desarrollar los servicios públicos como instrumento de creación de empleo y atención a los más necesitados por la crisis.

En esa línea, instó al Consell a sentarse "con sinceridad" con los sindicatos "y no como una estrategia deslegitimatoria de la movilización". También urgió al presidente a que "dé la cara y lidere el proceso de respuesta a la crisis", y le pidió que "deje de improvisar estrategias mediáticas" con planes sin dotación económica.

Los dirigentes sindicales justificaron la movilización en la vulneración de la Generalitat de haber llevado fuera del marco y del diálogo social "una serie de planes que se van superponiendo" y que los sindicatos consideran que se tendrían que haber negociado dentro del Pavace (Plan Valenciano por el Crecimiento y el Empleo). Sifre y Recuenco calificaron los planes como "vacíos de contenido y de referencias sobre la procedencia del dinero, su aplicación y desarrollo" y se mostraron avalados por la situación social para exigir respuestas a los gobiernos sobre las políticas de empleo.

Los dos sindicatos reclamaron ayer en Alicante a la Inspección de Trabajo que controle el repunte de la economía sumergida a raíz de la crisis en El Vinalopó. Esta comarca ha copado históricamente los mayores niveles de trabajo clandestino a la sombra de la industria del calzado.

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36 millones en liberados

En muy pocos meses la foto de la luna de miel entre el Consell y los sindicatos en la firma del Pavace se ha arrugado. La guerra ha ido intensificándose desde que los sindicatos anunciaron las movilizaciones por el empleo para que se pusieran en marcha las medidas acordadas en el Pavace. En esa escalada de gestos, el consejero de Economía, Gerardo Camps, deslizó que el 86% de los expedientes de regulación de empleo (ERE) firmados por la Generalitat habían sido negociados con los sindicatos, por lo que no entendía su radicalización ante la crisis. Ayer, fuentes del Consell dejaron caer otra carga de profundidad al filtrar que la liberación sindical le cuesta a la Generalitat 36 millones de euros anuales, estableciendo un contraste con la "dura realidad" de los trabajadores afectados por el desempleo.

Aunque Joan Sifre y Rafael Recuenco confían en que el desencuentro sea puntual y se pueda reconducir en un proceso de concertación, la hoja de ruta marcada por el Pavace ha quedado rota a partir de que los sindicatos pidieran la reunión de la comisión de seguimiento para el pasado 3 de noviembre y el Consell la haya aplazado hasta mañana, el día antes de la manifestación. Una burla al diálogo social, según Recuenco. Los líderes sindicales, que no esperan nada para la reunión del viernes, insistieron en que la manifestación del sábado es solo por el empleo y la protección social, "no por el color del Gobierno".

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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