"Podéis equivocaros con todo menos con la fidelidad a los trabajadores"
José Elorrieta, el negociador, el hombre duro, se emocionó al final. Cuando su compañero en la ejecutiva de ELA Eustaquio Uranga le recordó algunos pasajes de los últimos veinte años, el secretario general saliente se tuvo que limpiar algunas lágrimas. Eso sí, lo hizo rápido, sin ostentación. Frente a su esposa y sus dos hijas, apenas si pudo contenerse mientras le agasajaban con buenos recuerdos, algunos de ellos con una sinceridad apabullante. "El humor con el que llegabas y las irrefrenables ganas de trabajar que traías los lunes eran sencillamente insoportables", le recordó Uranga, en medio de las risas de todo el auditorio.
Sentado junto a la tesorera Amaia Muñoa, y a Adolfo Muñoz, Txiki, futuro y presente del sindicato, Elorrieta recibió dos largas ovaciones después de presentar su testamento político en un vídeo. Luego tomó la palabra para agradecer a muchos amigos y militantes que han compartido la lucha con él, y a renglón seguido pidió perdón por las malas decisiones que hayan podido tomar a lo largo de estos años. Y a partir de ahí se permitió el lujo, alentado por algunos de los presentes en el auditorio, de improvisar.
"Con tanto citarme os habéis olvidado de Bertolt Brecht, cuando decía que los generales no son importantes. Los importantes sois vosotros", gritó, cosechando otro éxito más en la grada. A pesar de ser un hombre muy exigente, dejó a sus compañeros cierto margen de error: "Podéis equivocaros con todo menos con la fidelidad a los trabajadores", les espetó después de tranquilizarles porque, a pesar de todo, "pisando tierra somos invencibles".