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Las presiones de los empresarios de teatro pueden con el Festival de Otoño

La muestra pasa a la primavera y en los Teatros del Canal se instaura la bicefalia

No saben ni qué nombre ponerle. Ayer, el consejero de Cultura, Santiago Fisas, anunciaba que el Festival de Otoño será en primavera, en contra de lo defendido en la presentación de la temporada teatral antes del verano.

Las presiones de los productores privados han surtido efecto. La vieja reivindicación de este sector para que se cambiase de fechas el festival porque "competía" con el inicio de la temporada teatral se hará realidad a partir de 2010. Hasta entonces, es decir, en 2009, habrá dos festivales: uno en otoño y otro en primavera.

La noticia cayó como un jarro de agua fría en medios escénicos. El Festival de Otoño de Madrid, uno de los más prestigiosos de Europa, pierde su identidad. Se llamará, quizá, Festival Internacional de Teatro de Madrid (FITM), como se llamaba hace casi 20 años cuando se celebraba en primavera. Lo curioso es que esto mismo pasó en 1992 con el FITM. Amaya de Miguel, su última directora, lo recordaba ayer: "El FITM, al que acudía el público masivamente y con un gran entusiasmo durante 12 ediciones, desapareció ante las presiones de los empresarios privados, que argumentaban que era una competencia desleal y que, entre ese festival y el de Otoño, no quedaba nada para ellos". Algo que negó ayer el presidente de los promotores teatrales privados, Jesús Cimarro: "En aquella época se cambiaron las fechas por una cuestión de que se quedaron sin presupuesto, no por nuestras presiones".

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¿Pero qué ha pasado para que la consejería cambie de idea en estos meses? "Nada", dijo ayer el consejero, "simplemente los tiempos los marcamos nosotros. Yo nunca dije rotundamente que no se cambiaría, siempre pensé que se podría estudiar, pero no iba a decir nada hasta que no estuviera cerrado", trató de explicar. Pero lo cierto es que las protestas por parte del sector privado se agudizaron en los últimos tiempos con la apertura de nuevos teatros como los del Canal. Cimarro utilizaba ayer los mismos argumentos que el consejero para defender el cambio: "Favorecerá a todos: en primavera se podrá contar con los escenarios de los teatros privados y el festival será un reclamo turístico". Fisas reconoció, no obstante, que habría que superar el inconveniente de "cambiar algo muy consolidado".

Por su parte, Ariel Goldenberg, último director del Festival de Otoño que clausura mañana su XXV edición, dijo ayer: "No tengo nada que opinar, si dispongo de medios se puede hacer también en primavera un buen festival", señaló quien durante una época fue también director del FITM. Javier García Yagüe, director de Cuarta Pared y ligado al mundo de las salas alternativas, llamó la atención sobre la gran influencia de los empresarios teatrales en la Administración.

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Patio de butacas de los Teatros del Canal.
Patio de butacas de los Teatros del Canal.LUIS SEVILLANO

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