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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Carmelo Echenagusía, obispo auxiliar emérito de Bilbao

Fue la conexión de Ricardo Blázquez con el clero vizcaíno

Carmelo Echenagusía Uribe, obispo auxiliar emérito de la diócesis de Bilbao, falleció ayer de madrugada tras una breve y dolorosa enfermedad, dejando el recuerdo sobre todo de un hombre bueno. Fue nombrado auxiliar en 1995 al tiempo que Ricardo Blázquez era designado obispo residencial. Se indicó entonces que, dado que monseñor Blázquez era castellano y no conocía el euskera, se acompañaba su designación con un obispo vizcaíno y decididamente euskaldun para suplir sus limitaciones en este ámbito. Echenagusía presentó su dimisión en 2007, al cumplir la edad preceptiva de 75 años, y pocos meses después fue aceptada por la Santa Sede, que le sustituyó por monseñor Mario Iceta.

Nació en Iurreta (Vizcaya) en 1932. Sus primeros años de presbítero transcurrieron en el Seminario Menor de Derio (Vizcaya) como profesor de latín, y fue también encargado de impartir clases de euskera en el Seminario Mayor. En ese ámbito realizó una gran labor, precisamente por las extraordinarias dificultades con que se encontraba todo lo referente al desarrollo de la lengua y la cultura vascas.

En 1961 pasó a compaginar esa tarea docente con el trabajo de canciller en la curia diocesana. Al morir en 1968 el obispo Pablo Gúrpide, en una situación diocesana muy compleja, con el clero dividido y un contexto político extraordinariamente violento, pasó a formar parte del equipo de gobierno de monseñor Cirarda. En él realizó un trabajo callado pero importantísimo de asesoramiento jurídico, de cercanía al clero, de visita a los presos, de entrega a los más afectados por el sufrimiento y la violencia.

Fue también miembro del equipo de gobierno de monseñor Añoveros, el obispo sucesor de Cirarda, y tuvo que sufrir junto con él las brutales tensiones derivadas del famoso caso Añoveros, en el que el Gobierno de Franco estuvo a punto de expulsar de España a ese obispo. El nuevo obispo, Luis María de Larrea, le nombró vicario general a propuesta de la base diocesana, y al terminar su periodo de gestión, tras un año sabático en Roma, donde amplió sus estudios en derecho canónico, fue párroco del Santuario de Begoña, el corazón de los creyentes de Vizcaya, hasta su designación como obispo auxiliar en 1995.

Su tarea como auxiliar ha sido la de un hombre discreto, dedicado a suplir con efectividad lo que le fue encomendado, las posibles limitaciones del obispo residencial en los aspectos tocantes a la lengua y la cultura vascas. Pero sobre todo supo servir de conexión de monseñor Blázquez con la realidad concreta de la diócesis, ofreciéndole la información conveniente y planeando y acompañándole en las visitas pastorales. No puede olvidarse tampoco su participación en las tareas de la Conferencia Episcopal Española ni su condición de miembro correspondiente de la Academia de la Lengua Vasca.

Joaquín Perea es profesor de teología y presidente del Consejo de Redacción de la revista Iglesia Viva

Carmelo Echenagusía.
Carmelo Echenagusía.

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