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Crónica:Información privilegiada | Empresas & sectores
Crónica
Texto informativo con interpretación

Conte y Blesa se la juegan en Iberia

El consejo de la aerolínea da un voto de confianza para arreglar la fusión con British

Miguel Ángel Noceda

La pasada semana, el Consejo de Administración de Iberia celebró una reunión extraordinaria para repasar los detalles sobre el fondo de pensiones de los trabajadores de

British Airways, clave para determinar la fusión entre ambas. Naturalmente, no estaban los dos consejeros que representan a British (13% de Iberia).

De lo que allí ocurrió trascendió poco, en medio de toda la vorágine de la crisis de los mercados financieros. Apenas algunas informaciones sobre la necesidad de aislar el dichoso fondo de pensiones de la futura empresa. El consejo había dado su voto de confianza al presidente, Fernando Conte, para que saque adelante la fusión. Si no se hace así, se opondrá a una integración en la que los accionistas de Iberia saldrían perdiendo. Conte había logrado salvar el match ball. Y de paso Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, principal accionista de la aerolínea con el 23%, a quien vigilan desde cerca en la Comunidad de Madrid.

Y es que si fracasa, Iberia se tendrá que buscar otro socio. Pero British también. Las dos partes quieren que las soluciones no se retrasen demasiado. Fuentes españolas están convencidas de que aguantarán bien el envite porque les interesa hacer una gran compañía. La solución, seguramente, pasa por externalizar el fondo de pensiones, como lo tiene Iberia. O bien porque British llegue a un compromiso con los trabajadores garantizando lo que van a recibir. ¡Claro que esas soluciones no son nada fáciles!

Otra cosa llevaría a cambiar la ecuación de canje -se puede hacer a través de la cotización, el flujo de caja o la valoración de los activos- y hacer la fusión en función de igualdad. Es decir, una acción por una en lugar de las dos de Iberia por cada una de British que se ha manejado, además de que haya paridad entre los órganos de dirección.

La fusión había quedado en el aire en el consejo ordinario de septiembre, tras conocerse las necesidades del fondo desveladas en un informe elaborado por Morgan Stanley, que asesora a Iberia en la operación. Los 2.600 millones de euros que, como mínimo, exige el fondo de dotación hasta 2017 cambiaba mucho el planteamiento de la fusión.

El conocimiento de esa información supuso un frenazo brusco de la operación, y muchos consejeros plantearon la necesidad de volver a empezar de cero. Blesa, que es vicepresidente de la compañía, se puso al frente para exigir a Conte que pusiera en conocimiento de los británicos las nuevas circunstancias y, si no había visos de cambiar, romper el acuerdo. "Que sepan que no nos chupamos el dedo", comentaron. Así de taxativo.

El informe y la postura del consejo fueron un verdadero jarro de agua fría para Conte, que ya había apostado por British en la pretensión de venta de la compañía un año antes. Blesa dio entonces un giro radical que modificó el intento de vender la compañía. Además de British, la puesta en el mercado sacó a la luz a varios pretendientes. Hubo otras ofertas en las que participaban antiguos directivos de la empresa, como Ángel Mullor y Javier Salas (en distintos grupos).

Pero Conte contaba con la solución perfecta, que luego apoyó el consejo, convencido como él de que la supervivencia de las compañías aéreas pasa por fusiones. Así que impulsó la fusión con British, poniendo fin a un largo periodo de tensiones con la firma británica. La inercia les llevó a verse obligados a entenderse. Llegaron a la conclusión de que las dos se necesitaban para sobrevivir. "La fusión es el paso lógico a una relación que dura ya más de 10 años", dijo entonces Conte.

Eran unos días antes de las vacaciones de agosto y todo fueron palabras bonitas y exultantes. Conte y Willie Walsh, consejero delegado de British Airways, se dieron la mano, se abrazaron y aseguraron sentirse "felices y emocionados" por el acuerdo de fusión entre las dos empresas que acababan de consagrar los respectivos consejos de administración después de más de un año de tensiones por la intención de British de quedarse con Iberia. Se dieron un año para cerrar la integración. A estas alturas, seguro que a Conte le habría gustado que se hubiera avanzado lo suficiente; pero, en la primera de cambio apareció el informe de Morgan Stanley y ahora ya se habla de retrasos.

Miguel Blesa (izquierda) y Fernando Conte, en diciembre pasado durante un acto del 80º aniversario de Iberia.
Miguel Blesa (izquierda) y Fernando Conte, en diciembre pasado durante un acto del 80º aniversario de Iberia.ALBERTO FERRERAS

El interés aéreo de la Comunidad de Madrid

El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, pasó de ser clave en el consejo de Endesa durante la batalla por el control de la eléctrica, apoyando la postura de la Comunidad de Madrid, a serlo en Iberia, en la que, con el dinero que obtuvo por el 10% de Endesa, compró la participación del BBVA y Logista. Con el 23%, decidió, otra vez con el respaldo de Esperanza Aguirre, apostar por la compañía aérea y hacerse fuerte en el núcleo duro, donde también participa El Corte Inglés, con el 3%. Durante este tiempo ha seguido muy de cerca la gestión de Fernando Conte, entre otras cosas porque Iberia reporta muchos ingresos a Madrid e interesa mucho a la presidenta, con la que últimamente se han deteriorado mucho las relaciones.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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