¿Dos por el precio de una?
Tengo la impresión de que la consulta anunciada por el lehendakari no pretende ser más que un brindis al sol para salir del paso. Y lo que así me hace pensar es lo absurdo del planteamiento: ¡dos preguntas en la misma papeleta!
El procedimiento es tan descabellado que, de una persona inteligente como el lehendakari, sólo cabe imaginar que lo hace a sabiendas. Para que el "derecho a decidir" invocado no resultara en una burla perversa, habría que contemplar al menos cuatro opciones de respuesta: 1. SÍ a la primera y NO a la segunda; 2. NO a la primera y SÍ a la segunda; 3. SÍ a ambas; 4. NO a ambas.
El asunto parece tan rocambolesco que sólo cabe pensar que se trata de un gesto para la galería a sabiendas de que resulta inviable.
Y que el lehendakari ha optado por arrogarse competencia exclusiva en la inviabilidad del proyecto, pues nadie podrá negar que la incongruencia del planteamiento es absolutamente suya e independiente de Madrid.