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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Experimentos con Roca

El juez instructor del caso Malaya, Óscar Pérez, ha decidido emprender un arriesgado experimento psicológico. Se trata de saber si un procesado en prisión preventiva tiene más apego a los bienes con los que "razonablemente" cuenta en paraísos fiscales o a sus sociedades judicialmente controladas en España. Se trata de una investigación pionera que permitiría establecer una especie de coeficiente de fuga, obtenido al dividir la suma de los bienes conocidos de un procesado y la cuantía de la fianza para evitar la prisión preventiva, por los bienes de los que seguramente dispone en la isla de Man. En la hipótesis que se ha propuesto demostrar el juez instructor, cuanto mayor sea el coeficiente, mayor será también el riesgo de fuga, y viceversa.

Juan Antonio Roca, ex asesor de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella, ha sido la cobaya escogida por el juez Óscar Pérez para el experimento. Estamos, sin duda, ante una elección acertada, puesto que no existe ningún otro recluso al que la justicia persiga por los delitos de cohecho, malversación, fraude contra la Hacienda pública, blanqueo de capitales, falsedad, tenencia ilícita de armas, tráfico de influencias y prevaricación contra la ordenación del territorio. Optar por un procesado con menos currículo que Roca podría falsear los resultados, y en estas cosas conviene avanzar sobre seguro. También en lo que se refiere a la fianza, que el juez ha fijado en la cantidad de un millón de euros y que el procesado ha conseguido reunir en menos de tres semanas.

Una transferencia bancaria por esa cantidad ha supuesto el inicio del experimento, y ahora sólo falta esperar el desenlace. Si Roca no se fuga, el juez instructor podrá gritar "¡eureka!", y sustituir por su recién hallado coeficiente un concepto tan impreciso como la alarma social, que no es posible medir con una cifra. Pero si Roca prefiriese coger las de Villadiego, el juez Pérez siempre podría alegar el amor por la ciencia. Pocos magistrados se han mostrado tan dispuestos como él a jugarse el todo por el todo en un experimento. Y ya se sabe, la ciencia sólo avanza gracias a quienes asumen su condición de pioneros.

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