Sebastián y Chacón entran en el núcleo duro
Zapatero diseñó antes la estructura del Gobierno, con dos nuevos ministerios, que la lista de los titulares - Andalucía exigió la continuidad de Magdalena Álvarez al frente de Fomento
José Luis Rodríguez Zapatero tenía un problema la primavera pasada. Ningún peso pesado del partido quería enfrentarse a la derrota casi segura en la batalla contra Alberto Ruiz-Gallardón para el Ayuntamiento de Madrid. A última hora pensó en el hombre cuya visión de la economía le seduce por su pedagogía y sacó de la oficina económica de Moncloa, la misma desde donde se replicaba una y otra vez la política de Pedro Solbes, a Miguel Sebastián.
Los dos ministros catalanes ostentan responsabilidades de Estado
Unificar educación y familia es una idea importada del modelo británico
Zapatero delimitará las competencias de Solbes y Sebastián para evitar fricciones
El PSE influyó para convencer a Rubalcaba que siguiera
La experiencia se saldó con una contundente derrota que provocó la inmediata huida del improvisado candidato hacia zonas más templadas. Pero nunca demasiado lejos de Zapatero. En plena precampaña el presidente soltó una promesa-bomba en forma devolución de 400 euros a los contribuyentes. Era la prueba de que Sebastián había vuelto.
Y tampoco ha estado muy lejos las últimas semanas en los momentos de reflexión del presidente para componer el Gobierno que ayer presentó al Rey. No sólo ha entrado en la lista como ministro de Industria. Además, ha ido acompañado de dos mujeres de su confianza: Cristina Garmendia y Beatriz Corredor, que se encargarán del nuevo ministerio de Ciencia e Innovación y de Vivienda. Le ha recuperado para la primera línea política en una vertiente muy importante para el presidente: las estrategias económicas de futuro.
Su opinión también ha sido decisiva a la hora de dibujar el nuevo organigrama ministerial. Antes de rellenar las casillas con los nombres propios, Zapatero, hizo optó por hacer el esqueleto de su estructura de gobierno. Y sólo después, pensó en las personas.
Y es en ese momento, al intentar rellenar con nombres la nueva estructura ministerial, cuando a Zapatero le sobraba uno, Jesús Caldera.
- La salida de Caldera. El relanzamiento de Sebastián, nada extraño para el PSOE, coincide con la salida del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, del Gobierno, una figura clave por su estrecha vinculación con Zapatero desde los orígenes de la carrera política nacional del hoy presidente. La salida de Caldera puede tener alguna vinculación con el organigrama del nuevo Gobierno, al que no le quedaba espacio al desdoblarse el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, del que era titular.
La salida de Caldera del equipo de Zapatero ha sorprendido por la buena gestión que ha realizado en las políticas sociales y de inmigración durante la legislatura.
En algunos medios se ha atribuido su salida del Gobierno a desavenencias con Zapatero. Pero tanto Caldera como el presidente lo han rechazado. Rodríguez Zapatero trató ayer de narrar con la máxima naturalidad que esta baja es normal porque, ahora, le toca desarrollar otra tarea que le importa mucho. "Una tarea estratégica, vital, que es impulsar el proyecto socialista en el terreno de las ideas". Lo hará a través de la creación de una nueva Fundación, con gran potencia de medios y objetivos, con el afán de ser la primera en el socialismo europeo.
Caldera, además, tiene ya asegurado un puesto en la futura Comisión Ejecutiva Federal que se forme tras el congreso que el PSOE celebrará a primeros del mes de julio. En medios socialistas se valora esta función frente al auge que ha tomado la Fundación FAES, del PP, presidida por José María Aznar. Esta nueva fundación coincidirá con el trabajo empezado ya por el secretario de organización, José Blanco, de unificar todas las fundaciones disperas del PSOE.
Zapatero ha dejado claro que primero ha diseñado su organigrama y luego lo ha cubierto con personas. Ha inspirado su nuevo organigrama, al que que ha dedicado muchos meses, en los modelos europeos, con la estrecha colaboración de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega.
- El poder territorial mantiene a Magdalena Álvarez. Otra sorpresa ha radicado en la continuidad de la ministra de Fomento, la malagueña Magdalena Álvarez, en la que ha contado la presión del poder territorial del presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, el andaluz Manuel Chaves, aunque el propio Zapatero siempre ha sido defensor de la ministra frente a las críticas de los socialistas catalanes y los medios de comunicación. Zapatero cree que la gestión de infraestructuras de la ministra ha sido reconocida por las encuestas. Junto a Álvarez, Andalucía cuenta con otra ministra, la de Igualdad, Bibiana Aido.
Los dos ministros catalanes -Carme Chacón y Celestino Corbacho- estarán al frente de ministerios con competencias de Estado como son Defensa y Trabajo e Inmigración, ministerio en el que está recogida la gestión de la Seguridad Social.
La única ministra vasca, Cristina Garmendia, será titular de otra cartera, Investigación y Desarrollo, vinculada a las nuevas políticas. El Partido Socialista de Euskadi se ha dado por satisfecho con la cuota vasca al disponer no sólo de una ministra sino del presidente del Senado, Javier Rojo, y el secretario general del Grupo Parlamentario Socialista, Ramón Jáuregui.
Esta decisión de Zapatero rompe la tradición de que los ministros catalanes o vascos sean titulares de carteras como Interior o Administraciones Públicas, recurrente en la etapa de Felipe González en la presidencia del Gobierno.
- Más ministras que nunca. Una de las claves del nuevo Gobierno -que cuenta con dos nuevos ministerios, el de Ciencia e Innovación y el de Igualdad- es la singularidad de ser la primera vez, en la historia de España que tiene más mujeres ministro que hombres en su seno.
El presidente del Gobierno, que ayer prometió su cargo ante el Rey, puso ayer énfasis en señalar que el mayor cambio producido en la etapa democrática en España ha sido la incorporación a la mujer en la vida social y el avance en sus derechos.
Rodríguez Zapatero, que con el nuevo organigrama trata de adaptarse a los retos de la sociedad globalizada y pretende avanzar en un cambio del modelo económico, ha unificado en un nuevo ministerio, la investigación y las universidades, siguiendo sus objetivos de legislatura y los modelos extendidos en Europa, especialmente en los países nórdicos.
Lo mismo ha sucedido con la creación del nuevo Ministerio de Igualdad, cuya titular será Bibiana Aido, y que tendrá como cometidos el combate contra la violencia machista y el desarrollo de la Ley de Igualdad. Aido, a sus 31 años, es el ministro más joven de la historia de la democracia española, y con escasa gestión política.
- El modelo británico y más control de la Inmigración. El nuevo Ministerio de Educación, Asuntos Sociales y Deportes, cuya titular será Mercedes Cabrera (hasta ahora ministra de Educación), aparece vinculado al modelo británico, que unifica la educación con la atención a la familia. Otra novedad es, una vez desgajado Asuntos Sociales.
Otra novedad es la unificación de Trabajo e Inmigración. No es menos relevante que el titular de esta cartera sea Celestino Corbacho, alcalde de L'Hospitalet de Llobregat y presidente de la Diputación de Barcelona, considerado por las encuestas como el mejor gestor municipal en inmigración. No en vano en su ciudad de 264.000 habitantes reside un 40% de inmigrantes. En algunos sectores se le ve como un duro. Hace un año declaró: "La inmigración está creando una realidad nueva que nos hace estar a todos más inseguros". Ayer comentó: en Barcelona "La ciudad no puede ser para el último que llegue", después de asegurar que va aplicar "políticas que respetan los derechos humanos".
La unificación en un nuevo ministerio de Agricultura y Medio Ambiente tiene como objetivo primordial vincular algo tan importante como la política del agua con la agricultura, con el mantenimiento como ministra de Elena Espinosa, anterior titular de Agricultura. El regadío se lleva el 80% del consumo de agua en España.
- El núcleo de poder. Aunque el nuevo Gobierno tiene un fuerte acento continuista, se ha creado un nuevo núcleo de poder en torno al presidente Rodríguez Zapatero. Junto a los dos vicepresidentes -la política, María Teresa Fernández de la Vega, y el económico, Pedro Solbes- y al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que eran piezas clave en el primer Gobierno de Zapatero, entran como figuras emergentes la ministra de Defensa, Carmen Chacón, que de vicepresidenta primera del Congreso al inicio de la legislatura pasó a titular de Vivienda el pasado julio y pasará a la historia de España, con sus 37 años, como la primera mujer que fue ministra de Defensa.
Chacón, dirigente del PSC (Partit dels Socialistes de Catalunya), pertenece al núcleo de confianza de Zapatero, al que, muy joven, acompañó desde el año 2000 en su aventura por ganar la secretaría general del PSOE. Así, Pedro Solbes sigue siendo el hombre fuerte de Zapatero en la política económica frente a la figura emergente es Miguel Sebastián, del que Zapatero ya dijo, cuando perdió las elecciones al ayuntamiento de Madrid, hace un año, que lo recuperaría para el Gobierno su ganaba las elecciones generales. Las competencias de uno y de otro están muy delimitadas para evitar fricciones.
- Los que siguen. Por lo demás, Zapatero ha conformado un Gobierno continuista en sus principales cargos, al seguir los dos vicepresidentes así como los ministros de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. Particularmente, Fernández de la Vega retiene todas las competencias que tuvo en la anterior legislatura. Junto a la Vicepresidencia del Gobierno el Ministerio de la Presidencia y la portavocía.
Zapatero apostó, también, desde un principio, y de forma decidida por la continuidad de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del Ministerio del Interior, del que ha realizado una gestión brillante, al responsabilizarse, primero, de la gestión del proceso de final dialogado del terrorismo y luego, en el combate contra ETA con marcado éxito. Rubalcaba ha tenido muchas dudas, por razones familiares, en seguir en el cargo. Las presiones de Zapatero, con el que el viernes por la noche mantuvo una larga conversación en La Moncloa, y del Partido Socialista de Euskadi, han sido decisivas en su continuidad. Además, a continuidad de Elena Salgado al frente de Administraciones Públicas; de Bernat Soria al frente de Sanidad y Consumo, y de César Antonio Molina en Cultura se daba por hecha, ya que fueron nombrados ministros por Zapatero hace menos de un año.
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