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Gran Premio de Bahrein de F-1
Columna
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Las walkirias

Por fin han pasado las tres primeras carreras de la temporada de fórmula 1. Por fin cada escudería puede tener una idea mejor de cuál es su posición actual en la parrilla. Después de tres grandes premios en circuitos con características suficientemente diferentes, cada equipo puede analizar el comportamiento de su monoplaza en distintos trazados. En el caso del Renault R28 de Fernando Alonso el diagnóstico no es muy positivo. El monoplaza sufre de falta de tracción, dolores de aerodinámica y algún que otro síntoma de agotamiento cuando está muy cargado de combustible. Pat Symonds, director de ingeniería de Renault, afirmaba hace unos días que Renault no había podido diseñar un monoplaza a la altura de la calidad del piloto español. La última de las carreras antes de la fase europea no ha hecho más que confirmar las palabras del técnico que diseña la estrategia de Fernando en las carreras. Hay mucho que mejorar y el equipo está mejorando. Eso me consta.

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Llega ahora el circuito de Montmeló y con él la primera carrera cerca de la factoría de las escuderías. Es por eso que en este GP veremos numerosas mejoras en los equipos. El trazado es muy exigente y supone una dura prueba para los monoplaza. Como el de Malaisia es una mezcla de muchos circuitos y muestra si un coche es competitivo en todas las áreas.

Para Barcelona, Renault incorporará una suspensión renovada, el ya famoso damper J de McLaren y otros equipos (similar al controvertido mass damper que fue prohibido hace unos años, pero legal), una aerodinámica más eficiente y algunas otras mejoras en distintos sistemas del monoplaza. El objetivo es claro: convertirse en el cuarto equipo por detrás de Ferrari, BMW y McLaren. Hay que tener mucha confianza en los ingenieros de Renault, pero tampoco es prudente pensar que de la noche a la mañana vayamos a ver victorias de Alonso, ni siquiera podios. La suma de todas las mejoras podría darle un empujón de unas cinco o seis décimas. Incluso suponiendo que Toyota, Red Bull y Williams no hicieran nada por evolucionar sus coches, va a ser complicado que Renault dé un gran paso hacia adelante. La afición española le dará unos cuantos caballos adicionales al R28, pero hay que hacerse a la idea de que la mejora será paulatina y los resultados irán mejorando a medida que transcurran las carreras.

Sin embargo, en el circuito de Sakhir, en pleno corazón del desierto de Bahrein, un circuito espectacular en el que hasta hay que tratar la arena más próxima al asfalto para evitar que invada la pista, ha habido otro gran protagonista: el equipo BMW. De la mano de Heidfeld y muy especialmente del genial polaco Robert Kubica, que el sábado consiguió la pole, el equipo alemán se ha colado en medio del duelo entre Ferrari y McLaren por las victorias. Ha demostrado con su ritmo en carrera estar incluso mejor que McLaren y tiene todas las cartas para aspirar a lo más alto del podio. El resultado que BMW ha obtenido en Bahrein no es ni mucho menos un hecho aislado. Bajo la atenta mirada de su jefe de filas, Mario Theissen, la escudería ha ido mejorando su monoplaza desde que se separaron de Williams. El brillante resultado del año pasado, que ya aseguró muchas carreras antes del final del campeonato, les permitió concentrarse en el coche de este año y ¡vaya si se han concentrado! Se creía que las limitaciones en la electrónica para esta temporada serían especialmente negativas para este equipo, pero han demostrado estar a la altura de los mejores. Sin duda alguna han sido los grandes triunfadores del desierto de Bahrein, junto con Ferrari. ¡Mi enhorabuena para todo el personal de las sedes de Múnich y Hinwil! Al fin hay algún equipo que puede hacer sombra a Ferrari y McLaren. Por cierto, que las walkirias son en honor de BMW, por supuesto, y no de Max Mosley...

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