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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El pasado desmonta a Bertie

Bertie Ahern, taoiseach o primer ministro de la República de Irlanda, el hombre que ha presidido los años de más fenomenal crecimiento económico nacional, ha anunciado que el tigre celta en que se ha convertido su país tendrá que proseguir su camino sin él. A los pies de la escalinata que conduce a la cámara parlamentaria -el Dail- decía el miércoles que "en el fondo de su corazón" sabía que no había hecho nunca nada deshonroso, ni se había enriquecido a costa del pueblo.

En el fondo no hay por qué dudarlo, pero ¿y en la superficie?; ¿qué dice la sístole-diástole de su corazón? Lo que los diarios irlandeses, en cualquier caso, cuentan es que a comienzos de los noventa, cuando era ministro de Finanzas, recibió una serie de ayudas económicas, que superaban el medio millón de euros, presuntamente para tapizar con dinero su separación marital. Entonces medio convencieron sus explicaciones, pero el pasado tiene el mal hábito de caer como un bumerán sobre quien quiere olvidarlo, y ciertas inexactitudes, como que los dineros eran préstamos en esta u otra moneda, de aquellos amigos o de esos benefactores anónimos, cargaron la atmósfera con relentes de final de reinado.

Sus pares del Fianna Fail, la oposición, y hasta las autoridades europeas, pensando en el referéndum que en mayo deberá ratificar o no el Tratado de Lisboa, le han demostrado lo mucho que apreciarían una discreta retirada.

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Lo más notable es que Ahern se va en la cima del éxito. Ha ganado tres elecciones; gobernaba desde 1997, más tiempo que nadie desde el fundador Eamon de Valera; fue clave en la firma de la paz en Irlanda del Norte; y su país ha pasado de la medianía en renta per cápita en los años sesenta a estar entre los top ten, con más de 35.000 euros y una vigorosa apuesta por las tecnologías punta. Ahern ha sido un político moderno por lo antiguo: el eterno pero muy contemporáneo irlandés que alborota patrióticamente al fondo de la taberna y da sonoras palmadas en la espalda a un viajero inglés. Un cruce entre Ward Bond y Victor McLaglen, dos de los actores preferidos de John Ford, galopando como ellos hacia el ocaso. En este caso, en un trote claramente deshonroso.

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