El otro Holocausto
Honra a Alemania que su presidenta visite Israel para confesar sentida vergüenza por el Holocausto. Lo que no honra a esta presidenta ni a otras naciones del mundo es la omisión descarada y deplorable de que las víctimas del terrible Holocausto llevan años y años siendo ejecutoras de un terror similar que tiene como víctimas a todas y cada una de las personas que forman el pueblo palestino, convertidas en víctimas de las víctimas.
El liderazgo bélico-nuclear de Israel como garante del "bien" en la zona, aunque incumpla la legalidad internacional, es irrenunciable para EE UU y, por ello, veta en la ONU cualquier sanción al Estado hebreo. Disfrazan de paz lo que se repite como prolongación reiterada del sufrimiento del pueblo palestino, víctima también de las corrupciones de su Autoridad Nacional, así como del terrorismo islamista contra los judíos, que da alas al Ejército israelí contra los palestinos. También sufre el pueblo israelí, que empieza a atisbar la implacable violencia sionista desde 1948 como un bumerán en regreso directo contra su propia supervivencia si no hay paz justa y se detiene esta espiral de terror.
¿Qué democracias son las del mundo para no detener la impunidad destructora del Estado de Israel.