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EE UU destruye el satélite espía ante el recelo de China

El Pentágono está casi seguro de la fractura del depósito de hidracina

El satélite espía estadounidense US 193 se convirtió ayer en chatarra, en miles de pedazos, ninguno mayor que un balón de fútbol, cuando le atinó de lleno un misil SM-3 disparado desde el destructor Lake Eire, en el Pacífico, al oeste de Hawai. Inmediatamente después del impacto los sistemas de observación detectaron una bola de fuego seguida de una nube en el punto de colisión.

El Pentágono declaró que la probabilidad de destrucción del depósito de combustible tóxico del satélite (hidracina) era de entre un 80% y un 90%, informó Space.com. Para tener la certeza absoluta, declaró el general James Cartwright, habría que esperar entre 24 y 48 horas.

A la espera de tener todos los datos del resultado, los responsables calificaron de éxito la operación, considerada por muchos un ensayo del sistema antimisiles estadounidense más que una solución de emergencia para pulverizar el satélite espía incontrolado antes de que cayese a la Tierra.

China reiteró ayer su crítica a EE UU por la operación y pidió la publicidad de los datos de la destrucción del satélite.Pekín realizó un ensayo similar hace un año con un viejo satélite suyo, generando una enorme cantidad de basura espacial en el impacto, ya que lo hizo a 850 kilómetros de altura.

A las 4.26, hora peninsular (las 13.26 hora local), se efectuó el disparo aprovechando las condiciones favorables del mar en ese momento. El ascenso del misil, a una velocidad de 27.000 kilómetros por hora, fue seguido con todo tipo de medios de observación hasta el choque con el satélite, a 210 kilómetros de altura. La mayor parte de los fragmentos generados se van quemando al entrar en la atmósfera y los especialistas estiman que en unas semanas no quedará en órbita prácticamente nada.

Con 2.200 kilos de peso y el tamaño de un pequeño autobús, el US 193 era un satélite secreto pero seguramente dotado de un sistema ultramoderno de radar para usos militares. Fue lanzado a finales de 2006 y enseguida falló su ordenador central, perdiéndose todo contacto con él. Su enorme depósito con 450 kilos de hidracina estaba lleno y no se podía vaciar.

Lanzamiento el miércoles del misil que destruyó el satélite espía.
Lanzamiento el miércoles del misil que destruyó el satélite espía.EFE
Vídeo: CNN+

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