Uche desconecta al Espanyol

Se acabó lo que se daba por obra y gracia de Kalu Uche. El nigeriano dio la puntilla al Espanyol, el equipo que estaba causando sensación en un campeonato en el que sumaba nada menos que 14 jornadas sin perder. En Almería se produjo la desconexión. Cayó a plomo. Su juego fue la antítesis de su primoroso despliegue de ocho días antes ante el Villarreal. El Almería, muy animoso, muy concentrado, con un estilo muy directo, casi siempre jugando en largo, acabó encontrando en las postrimerías del partido el premio a su constancia.

El pequeño y escurridizo Crusat se convirtió en una pesadilla para la defensa del Espanyol y Melo se multiplicó en un centro del campo en el que fue el rey. El despliegue no fue brillante por ninguno de los dos bandos, pero el Almería tuvo el mérito de ser más vertical y agresivo, sin dejar de ajustar el tapón atrás. No consintió ningún gol, lo cual ya tiene mérito frente a un Espanyol que sumaba 19 desplazamientos marcando al menos uno. Y, además, se ganó casi una decena de ocasiones, algunas no muy claras pero reveladoras de su mayor empuje.

Valverde tuvo que prescindir de nuevo de Jarque en el eje de la defensa y también de Iván de la Peña, que, a última hora, tuvo que regresar a la enfermería por sus repetidos problemas musculares, y dio descanso, de entrada, a Valdo. Volvió a dar paso en el equipo al joven Ángel, en el doble pivote junto a Moisés, y situó a Coro en el carril derecho. Un chispazo de Luis García en unos primeros compases en los que dio la sensación de que el Espanyol iba a surtir de nuevo un caudal de juego ofensivo similar al que le ha permitido auparse a los puestos que dan acceso a la Champions. Fue un espejismo.

Melo se apoderó de la batuta en el centro del campo. Crusat y Juanma Ortiz acecharon por las bandas a Zabaleta y David García. El Espanyol se atrancó. Lafuente, que debutaba como titular en la Liga después de que Kameni se marchara a disputar la Copa de África, tuvo que multiplicarse. El meta vasco tapó varios remates, especialmente dos bien ejecutados por Melo, que estuvo por momentos en todas partes. Crusat falló un cabezazo poco menos que a puerta vacía nada más empezar el segundo tiempo. El Espanyol apenas apareció en el área del Almería. Carlos García y Acasiete echaron el lazo a Tamudo y Luis García, Riera estuvo un punto por debajo de su mejor nivel y no hubo quien sacara las castañas del fuego en el equipo de Valverde.

Poco variaron el escenario los cambios de fichas que propuso el entrenador vasco dando entrada a Clemente en el lateral, Lola en el doble pivote y Valdo en el carril derecho. A Unai Emerey, en cambio, le salió de rechupete la sustitución de Soriano por Uche. Aunque, en el gol, el nigeriano sólo tuvo que empujar el magnífico servicio que le envió Negredo, que, a su vez, cazó en el segundo palo un centro enviado por Bruno Saltor desde la otra parte del campo. Se agotaba el tiempo. El Espanyol ya no mostró capacidad de respuesta y se le agotó la racha. Lo mereció.