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La Ley del Consejo de las Artes choca con el sector en el Parlament

La Entesa propone que se pase de 14 a 7 consejeros con dedicación exclusiva

La Ley del Consejo de la Cultura y las Artes de Cataluña, el organismo que se encargará de definir la política cultural con especial énfasis en la promoción de la creación artística, ha chocado frontalmente con el sector en su trámite parlamentario. Las enmiendas que, a instancias del consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, ha presentado la Entesa, los grupos que apoyan al Gobierno, suponen cambiar de 14 a 7 los miembros que lo integran que tendrían, además, dedicación exclusiva con el objetivo de profesionalizar el consejo. El cambio es significativo.

Ayer, una veintena de los presidentes de las 33 asociaciones profesionales que integran la Plataforma por un Consejo de las Artes escenificaron su repulsa a estas enmiendas participando conjuntamente en una rueda de prensa en la que llegaron a calificar de "chapuza" las enmiendas. "La reducción de los miembros limita la pluralidad y la diversidad del consejo y la dedicación exclusiva supone que los creadores no podrán ser miembros porque eso les implicaría abandonar su actividad profesional", señaló Florenci Guntín, portavoz de la plataforma. "El perfil que se propone es el de un gestor cultural o el de un profesor académico. Además, el coste económico de tener a siete personas con sueldo de alto cargo dependiendo de la Administración resultaría desproporcionado si se tiene en cuenta que, como máximo y teniendo en cuenta las competencias que otorga la ley al consejo, se encargarían de gestionar el 5% del presupuesto del Departamento de Cultura, que es la parte que se destina a la promoción de la creación".

La ley se encuentra en estos momentos en la fase de ponencia. Se han presentado 107 enmiendas de las que 38 corresponden a la Entesa, algo que no suele ser habitual cuando una ley es presentada por el propio Gobierno y más teniendo en cuenta que algunas son de tal calado que modifican de forma sustancial el proyecto presentado. El primer proyecto de ley lo presentó el entonces consejero de Cultura Ferran Mascarell en julio de 2006, cuando ERC estaba ya fuera del tripartito, poco antes de las elecciones y sabiendo que no habría tiempo de tramitarlo. Con el Departamento de Cultura en manos de ERC, el nuevo consejero Joan Manuel Treserras decidió volver a tramitarlo sin modificarlo para acelerar su aprobación. Se preveían algunos cambios técnicos y la plataforma esperaba que se aceptaran algunas de sus reivindicaciones, como la de aumentar el papel ejecutivo del consejo y disminuir el grado de incompatibilidad que afectaba a los creadores en activo. Según reconoció ayer Francesc Xavier Boya (PSC), la reducción de miembros se ha hecho a petición de Tresserras, que hizo valer su experiencia en el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC). "Nos indicó que estos organismos con muchos miembros no son operativos, por lo que proponía reducir los miembros y que todos cobraran para que éste sea más profesional", señaló. Con todo, Boya coincidió con Marina Llansana (ERC) en el sentido de que "la negociación aún está abierta". "Queremos que ésta sea una ley que cuente con el apoyo del sector y, a ser posible, con el máximo apoyo. Buscamos el acuerdo con CiU", añadió Llansana. De momento, Dolors Camats (ICV) aseguró que aunque firmaron la enmienda, querrían modificarla en la ponencia, y Carme Vidal, de CiU, se sorprendía del cambio. "Todo es muy extraño. Mantenemos que sean 14 miembros".

Curiosamente, aunque en su programa electoral CiU abogaba por un consejo exclusivamente consultivo, ahora ha cambiado de forma radical y reclama que sea más ejecutivo hasta el punto de pedir que en la comisión de ayudas que decide las subvenciones no tengan que intervenir técnicos del Departamento de Cultura como establece la ley. "Al principio no estábamos por la labor, pero ya que la pide el sector y tira adelante, creemos que hay que ser valientes y hacer un consejo ejecutivo de verdad. La ponencia aún no se ha reunido y lo primero que tendremos que hacer es definir qué modelo queremos porque es lo que no está claro", añade Vidal. Y eso que hace cuatro años que se viene discutiendo.

Un largo debate

- El Consejo de las Artes fue el principal compromiso cultural del Pacto del Tinell de diciembre de 2003.

- En abril de 2004, Pasqual Maragall encargó a Josep Maria Bricall que definiera cómo tendría que ser este organismo. Bricall presentó su informe, base de la actual ley, en marzo de 2005. Bricall optaba por un consejo consultivo con responsabilidad ejecutiva en la concesión de subvenciones que estaría integrado por 17 miembros, de los que tres serían nombrados por el Parlament y no tendrían voto. El resto serían personas independientes a los que se aplicaría un exigente código de incompatibilidades para evitar endogamias.

- La Plataforma para un Consejo de las Artes, creada en 2004, integra 33 asociaciones. Defiende más poder ejecutivo en el consejo y limita las incompatibilidades.

- En la ley han intervenido tres consejeros de cultura: Caterina Mieras, Ferran Mascarell y Joan Manuel Tresserras.

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