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Pesca emplaza a las conserveras a fusionarse

El plan estratégico critica la elevada precariedad laboral en el sector

La guerra de precios a la que han sucumbido las conserveras gallegas acabará por hundir al sector, a menos que ponga en marcha una nueva política empresarial. Esta es la principal recomendación del Plan Estratégico de la Industria Conservera Gallega (2007-13) al que ha tenido acceso este diario. El estudio subraya que "la estrategia de competir vía precios resulta errónea, sobre todo teniendo en cuenta que desde los años 80 el precio de las conservas permanece prácticamente inalterado y en un nivel muy bajo". La opinión es compartida por las principales empresas del sector, aunque hasta ahora ninguna ha sido capaz de romper el círculo vicioso de fabricar y vender cada vez más barato.

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El estudio subraya que Galicia es el tercer productor mundial de latas de conservas de pescados y mariscos, sólo por detrás de Tailandia y China, y sugiere que no ha de seguir la tendencia de "producto barato" para competir con los grandes operadores asiáticos.

Aunque el plan fue presentado por el presidente de la Xunta en julio y financiado con dinero público, la Consellería de Pesca se ha negado a divulgarlo, alegando que se trata de un documento crudo, muy técnico y que sirve de base de trabajo para las empresas. El informe sí fue entregado a las 64 empresas conserveras gallegas, sindicatos y asociaciones empresariales. Las 169 páginas del plan describen la situación del sector y proponen soluciones para salir de la crisis. Como ya señalaban los dos planes estratégicos elaborados por los gobiernos del PP, el nuevo documento propone fusiones entre empresas, para romper el exceso de atomización.

La Consellería de Pesca también recomienda la convivencia del sector y la búsqueda, por parte de cada compañía, de su propio nicho de mercado eludiendo la competencia en precios. Pesca sí quiere que se produzca una mayor colaboración horizontal en investigación (mayor uso de Cecopesca, Cetmar y otros centros tecnológicos), cadenas propias de comercialización, y promoción. Las dos grandes novedades del estudio elaborado por el departamento que dirige la socialista Carmen Gallego son los condicionantes a la concesión de nuevas subvenciones al sector, así como una dura crítica a la situación laboral de sus trabajadores.

El plan estratégico diagnostica que ni las empresas conserveras ni la anterior Xunta gastaron bien los más de 400 millones de euros en subvenciones pagadas en los últimos seis años. La situación actual (a 31 de diciembre de 2006) revela que, con el 80% de la producción española, las marcas gallegas sólo copan el 33% del mercado, a pesar de la buena percepción que los consumidores tienen de las conservas de Galicia.

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Las subvenciones públicas tampoco ayudaron, hasta ahora, a mejorar a fondo el sector. El nivel de investigación e innovación es muy bajo, menos de una tercera parte de las empresas tiene homologada internacionalmente su calidad y sólo cuatro (menos del 1%) disponen de certificaciones medioambientales. La Consellería de Pesca no entra en el uso concreto de las subvenciones de los años anteriores, pero sí advierte que pondrá sobre la mesa 150 millones de euros del nuevo Fondo Europeo de Pesca (2007-13) para proyectos que encajen en el nuevo plan estratégico. Así por ejemplo, la Xunta afirma que sólo apoyará la internacionalización de las conserveras (instalación de factorías en otros países) "si se garantiza el mantenimiento de la actividad industrial y el empleo en Galicia". El plan estratégico para las conserveras es muy crítico con la situación laboral del sector. En una primera aproximación, los datos oficiales rebajan a la mitad el empleo real y directo de las empresas. La patronal Anfaco cifra en 12.050 el número de trabajadores en Galicia, mientras que el Instituto Galego de Estatística (IGE) lo sitúa en 5.331 empleados.

En lo único que coinciden la Consellería de Pesca y las empresas es en que, a pesar de la crisis y la deslocalización, el empleo oficial (trabajadores afiliadas a la Seguridad Social) está creciendo en Galicia y casi se ha duplicado en los últimos cuatro años. El plan estratégico indica a las empresas que deben acabar con la precariedad laboral (un 43% de eventualidad) "una inestabilidad que no tiene explicación con el aumento de la producción registrado ni con la capacidad productiva potencial". Debido a que el 80% de la mano de obra de las conserveras son mujeres, el plan estratégico subraya que las empresas y la Xunta tienen una excelente oportunidad para lanzar políticas de igualdad, estabilidad y calidad en el sector.

El documento propone realizar un "esfuerzo sin precedentes" en la formación de las mujeres, como una sinergia que mejore la productividad, la innovación y la rentabilidad de las propias empresas. El informe subraya que la industria conservera gallega es un excelente fijador de población y de empleo femenino en muchas zonas costeras, por lo que este tipo de empresas pueden operar como industrias tractoras para el desarrollo económico de comarcas deprimidas.

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