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Crespo insiste en el derecho de los municipios a gestionar las galescolas

El presidente de la Fegamp denuncia, a punto de dejar el cargo, que la Xunta "ningunea" a los ayuntamientos desde meses antes de las municipales

El presidente de la Federación Galega de Municipios y Provincias (Fegamp), Xosé Crespo, abundó ayer en la polémica surgida entre los ayuntamientos y la Vicepresidencia da Igualdade e o Benestar por la gestión de las galescolas. Según Crespo, muchos alcaldes y concejales se dirigen estos días a la entidad que él preside para informarse sobre sus derechos respecto a las guarderías públicas de la Xunta que existen en sus municipios y, desde la Fegamp, siempre se les contesta que "si quieren, pueden gestionarlas" ellos mismos.

El también alcalde de Lalín, que ayer hacía balance de sus años de gobierno en la federación, explicó que está pendiente de que la Xunta fije fecha para una reunión con la secretaria general de Igualdade, Carme Adán, y con el gerente del Consorcio da Igualdade e dos Servizos de Benestar, Lois Pérez Castrillo. En esa cita, Xosé Crespo, del PP, reclamará a los nacionalistas que "aclaren" todos los aspectos referidos a la "gestión directa" de las galescolas. Según el presidente de la Fegamp, los ayuntamientos que están "adheridos al consorcio" pueden gestionar las guarderías "si así lo desean", pero ahora se encuentran desorientados porque ven "cómo muchos municipios están entrando en la pomada que les propone el señor Castrillo".

La creación de este consorcio es una consecuencia del Pacto Local firmado entre la Fegamp y la Xunta el 20 de enero de 2006. Ayer, Crespo repasaba la evolución de este acuerdo, en vigor hasta final de 2009, por el que los ayuntamientos gallegos percibirán de la Administración autonómica 150 millones de euros. El presidente de la Fegamp distingue dos etapas en la marcha del Pacto Local: "una luna de miel, primero, y una luna de hiel a continuación". En los primeros meses, todo fueron acuerdos, promesas, "besos y abrazos" entre la Fegamp y la "práctica totalidad de las consellerías". Pero a partir de "septiembre, octubre o noviembre de 2006", "en el momento en que el Gobierno gallego "tenía que empezar a dar trigo", sólo hubo "ninguneo". Crespo, que dejará su puesto al frente de los municipios el 22 de noviembre en la VII asamblea general de la Fegamp, atribuye este cambio radical de la Xunta a la proximidad de las municipales.

Este "ninguneo" ha traído como consecuencia varios "incumplimientos" en el Pacto Local que, según Crespo, intentará solventar él en este mes, aunque ya anuncia que tendrá que seguir resolviéndolos el nuevo equipo que le suceda. El que llegue "lo va a tener facilísimo", augura, "porque va a ser del mismo color que el ejecutivo", así que tendrá que ser capaz de "firmar otros cuatro años de prosperidad para los ayuntamientos después de 2009". Respecto a la posible propuesta de PSdeG y BNG para presidir la entidad de forma rotatoria, Crespo opina que "es negativa" y "descabeza" la organización, por lo que "el PP no va a entrar en los turnos".

El presidente de la federación asegura irse "satisfecho" y destaca como mayor logro "desde Galicia para todos los municipios de España" la declaración de los parques eólicos como Bienes Inmuebles de Características Especiales, lo que triplicará la recaudación obtenida de estas centrales por los ayuntamientos. No obstante, advierte a quienes le sucedan de que "este no es el final, porque las eólicas volverán a la carga" para reducir sus impuestos municipales.

Reequilibrio territorial

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Entre los incumplimientos de la Xunta, Crespo recordó que el Gobierno gallego aprobó el Plan de Reequilibrio territorial sin consultar a la Fegamp ("nos enteramos por la prensa"). La Xunta no respondió a la propuesta unánime de la Fegamp para modificar de la Ley del Suelo, y aprobó la Ley del Litoral y la ampliación del porcentaje dedicado a vivienda protegida sin tener en cuenta a los gobiernos locales. Crespo asegura que estas normas imposibilitan los planes parciales en muchos ayuntamientos donde apenas hay demanda de vivienda protegida. "La vivienda protegida puede ser tan mala por mucha como por poca", dice. "En Vigo, vale, pero en A Estrada no va a haber nadie [un promotor] que quiera ejecutarla".

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