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Dos presuntos etarras niegan haber atentado contra un concejal del PSE

El fiscal pide 155 años para Ibon Urrestarazu y Alaitz Iturrioz

Es su primer juicio y pelean por que les absuelvan. Los presuntos miembros de ETA Ibon Urrestarazu y Alaitz Iturrioz, que están acusados de haber alojado en su casa al comando Donosti y de haberle proporcionado las informaciones que les sirvieron para atentar contra el concejal del PSE-PSOE en Ordizia (Guipúzcoa) Iñaki Dubreuil, negaron ayer tanto el pertenecer a ETA como el haber facilitado los movimientos del edil socialista.

El fiscal pide para cada uno de ellos 155 años de cárcel porque dos personas murieron en el atentado cometido el 22 de febrero de 2001 con un coche bomba en el barrio de Martutene, de San Sebastián, y otras seis resultaron gravemente heridas.

Los dos acusados, que son matrimonio, habían reconocido ante la policía y ante el juez Garzón, en noviembre de 2004, cuando fueron detenidos, que alojaron en su casa a los etarras Ibon Fernández Iradi, Susper; Ainhoa García Montero, Laia, y Patxi Xabier Makazaga, y que les informaron de que Dubreuil iba todos los días a San Sebastián en el tren de cercanías y que se bajaba en el apeadero del barrio de Martutene. También reconocieron su participación en otros asesinatos, como el de Joseba Pagazaurtundua, aunque esos hechos serán objeto de otro juicio.

Ayer, sin embargo, los dos acusados afirmaron que nada era cierto, que habían sido torturados. Urrestarazu dijo textualmente: "Estaba al borde del límite de anular como persona y por eso tuve que inculpar a mi mujer y otra gente más".

Pero lo cierto es que ante el juez los dos alegaron que habían sido torturados, pero luego no quisieron que el forense les examinara para comprobar sus supuestas lesiones y, además, ambos reconocieron que el contenido de sus declaraciones era cierto. Ante el juez fueron asistidos por Ainhoa Baglietto y ayer, por José María Elosúa, ambos abogados habituales de presos de ETA.

Dubreuil testificó que la explosión le tiró al suelo y que cuando se incorporó vio cuerpos destrozados. "Me extrajeron metralla y todavía hoy no he superado las crisis de ansiedad y los trastornos de sueño", precisó. El juicio continúa hoy.

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