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AL VOLANTE | PRUEBA
Columna
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Sensación de dominio

El Nitro impacta por su peculiar estética, que afecta también al interior, porque se va sentado alto y tiene un morro exagerado y unas ventanillas pequeñas para su tamaño, que hacen sentirse casi como en un carro blindado. En ciudad exige acostumbrarse a sus medidas, los asientos no recogen bien el cuerpo y el volante sólo se regula en altura, lo que hace más difícil encontrar la postura idónea. Pero es amplio y viene bien equipado en seguridad.

Un turbodiésel potente

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Para no pasar inadvertido

El nuevo Dodge equipa un motor 2.8 turbodiésel de la marca italiana VM con 177 CV. Monta un cambio manual de seis marchas y se ofrece un automático opcional de cinco, más recomendable. El primero lleva limitado el par o fuerza de empuje a 410 newton/metro, frente a 460 del automático, y tiene un accionamiento rudo y un embrague duro bastante incómodos, sobre todo en ciudad y campo: exigen más esfuerzo y penalizan la calidad de conducción.

Al margen de estos detalles, el conjunto mueve bien el peso en carretera y permite viajar a buen ritmo, al menos eligiendo la marcha apropiada, porque tiene una sexta larga y pierde velocidad en las subidas. Tiene fuerza desde 1.400 vueltas y llega hasta las 4.000, pero con una respuesta algo perezosa porque le cuesta lanzarse. Después llanea bien, y aunque hace más ruido del deseable en ciudad y en las marchas cortas, en carretera es más silencioso y refinado. Además, a pesar de su apariencia y peso (casi dos toneladas), los consumos son comedidos: gasta ocho litros en conducción suave y sólo pasa de diez en ciudad, campo y apurando las marchas.

Tracción 4×4 conectable

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El nuevo Dodge se vende con dos sistemas de tracción 4×4, una permanente y más sofisticada para el motor 4.0 de gasolina, y otra para el diésel. Con la última circula normalmente en tracción trasera, y permite conectar la tracción 4×4 sin tener que parar, usando una tecla situada delante del cambio. Además incluye el sistema electrónico de suspensión ERM, que limita las inercias, ayuda a que gire más plano en las curvas y sobre todo reduce los balanceos laterales y mejora el confort interior.

Con esta base, el Nitro tiene un comportamiento correcto en carreteras amplias y autopista, con unas suspensiones suficientemente enérgicas y acordes a los gustos europeos, y un buen aplomo en todos los trazados. En cambio, acusa más el tamaño y parece más pesado de reacciones en los tramos estrechos y virados, lo que invita a mantener ritmos más tranquilos para no superar los límites físicos que provoca su elevado peso.

En el campo se defiende lo suficiente para poder circular en caminos de tierra en buen estado: sus recorridos cortos de suspensiones no admiten más complicaciones. Por lo demás, incluye un completo equipo de seguridad, con unos frenos y un ABS suficientes, y sobre todo con el control de estabilidad ESP, una garantía siempre.

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