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El inicio del curso electoral

El PCE maniobra para evitar que Llamazares sea el candidato de IU

Carlos E. Cué

La batalla interna en Izquierda Unida, nunca resuelta, regresa con la cercanía de las elecciones generales. La división en dos bloques de la federación, los más cercanos a Gaspar Llamazares y sus enemigos declarados, situados en torno a la dirección del PCE, que encabezan Francisco Frutos y Felipe Alcaraz, ha quedado en evidencia en las últimas tres asambleas federales. En la última, Llamazares se hizo con el poder con menos del 50% de los votos, aunque luego ha logrado gobernar sin excesivos problemas al pactar con algunos grupos que le han dado una mayoría más cómoda.

Sin embargo, el PCE maniobra ya para impedir que Llamazares sea de nuevo, como en 2004, el cabeza de lista para las generales. Si se eliminan algunas excepciones locales, IU ha marcado una senda ininterrumpida de hundimiento electoral desde 1999. Llamazares, que se hizo con el poder a finales de 2000 después de que Frutos no lograra parar la caída en las elecciones de ese año, no ha podido evitar sucesivos varapalos.

Este verano, Llamazares ha confirmado su intención de repetir como candidato de IU a la presidencia del Gobierno. Alcaraz aseguró ayer en una rueda de prensa que el líder no es el candidato adecuado para acabar con el "vendaval bipartidista" porque ha estado demasiado cercano al PSOE.

Sin alternativa

El PCE reclama, por ejemplo, que IU no apoye los Presupuestos del Gobierno socialista. "No puede solucionar los temas aquellas personas que creó los problemas", señaló. En su opinión, José Luis Rodríguez Zapatero trata de absorber todos los votos de IU y el perfil de Llamazares no podrá impedirlo. "Si gana el PSOE absorbiendo y acabando con IU, no gana la izquierda sino una política de centro cada vez más acomplejada con las presiones de la derecha", dijo Alcaraz.

Sin embargo, el sector rival de Llamazares no parece tener un candidato claro como alternativa al líder. El único nombre con peso es el de la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, que no parece interesada en ese puesto. Aguilar siempre ha apoyado a Llamazares, y hasta hace poco se pensaba que ella, con su tirón popular, sería candidata, y él se quedaría con el control del partido, pero esa fórmula parece no haber cuajado.

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En cualquier caso, Llamazares, bien valorado en las encuestas, tendrá que enfrentarse a la oposición de un grupo muy importante cuando someta a votación su candidatura, previsiblemente a finales de año. Y aunque es probable que gane esa batalla, podría perder las de los otros componentes de la lista. Alcaraz y la dirección del PCE están tratando de impedir que Isaura Navarro repita por Valencia, por ejemplo, para colocar a alguien fiel a los comunistas -una batalla que puede acabar en escisión en esta comunidad-, y buscan el control de la lista por Madrid.

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