_
_
_
_
_
Entrevista:EN POCAS PALABRAS

"Actuar es una profesión difusa"

Diego Martín estrena 'Un buen día lo tiene cualquiera', a la espera de viajar a San Sebastián con la cinta 'Mataharis', de Icíar Bollaín

Lo de él no fue una idea metida entre ceja y ceja desde niño, ni un talento descubierto en los primeros años, ni mucho menos. Diego Martín se hizo actor por casualidad. Una amiga se inscribió en un grupo de teatro y él la siguió y no pensó más.

Ahora, cuando va por la calle, la gente lo reconoce como el ex novio de la pija Lucía en la serie Aquí no hay quien viva, o como el romántico que se ponía bizco cada vez que besaba a una chica en Días de fútbol. En su última película, Un buen día lo tiene cualquiera, es un treintañero que -previa alteración del DNI con típex- se hace pasar por estudiante para entrar en un programa en el que ancianos acogen a jóvenes con pocos recursos. Pero su anfitrión es como un Dr. Jekill y Mr. Hyde que le hace la vida imposible.

No hay playa para Martín este verano, que pasa agosto en Madrid grabando la serie Hermanos y detectives. También de detectives trata la película de Icíar Bollaín, Mataharis, en la que participa, y con la que irá a San Sebastián. Será su primer festival y también lo más cerca del mar que estará este verano.

Pregunta. ¿Cómo fue trabajar con Icíar Bollaín?

Respuesta. Raro. Porque estás con alguien muy grande y muy importante que crea una especie de confianza ciega. La verdad, cuando terminó el rodaje me quedó una sensación un poco extraña. Cuando uno tiene grandes expectativas en algo, normalmente, se queda con la impresión de que pudo haber vivido otra cosa, o haberse esforzado más.

P. ¿No quedó satisfecho?

R. No, no es una cuestión de satisfacción por el trabajo realizado, es que cuando uno está en algo tan grande espera mucho, no sé cómo explicarlo. No es que te decepciones, es que exiges más y exiges más a todo, mucho más que con algo que a priori sabes que podría ser una nadería. Pero, bueno, al ver la película, sin hablar de mi trabajo que para eso soy muy autocrítico, veo que hemos hecho una gran peli.

P. Antes de ser actor quería ser abogado, ¿cierto?

R. No, no... estudié Derecho, pero de ahí a querer ser abogado hay una distancia bastante considerable. Yo me metí a esa carrera como tantos otros que no sabían qué hacer. Era un cajón de sastre para los que no sabíamos adónde queríamos ir.

P. ¿Y ahora ya sabe adónde quiere ir?

R. Tampoco mucho, pero al menos no estoy en algo que sé con certeza que no quiero ser.

P. ¿Entonces no sabe con certeza si quiere ser actor?

R. Bueno, estoy en eso, trabajo en eso y mi vocación es muy clara. Pero es una profesión un tanto difusa, porque nos dedicamos a hacer muchas cosas y ninguna. Yo he sido alguien que ha empezado muchas cosas y no ha acabado ninguna y quizá por eso terminé en esto.

P. ¿Cuándo se dio cuenta de que podía ganarse la vida actuando?

R. No lo sé. No hay un momento fundacional. Me pasa algo que es una paradoja y es que, cuando trabajo menos o hago cosas de menor importancia, es cuando más intento decirme a mí mismo que sí que soy actor, pero luego, cuando estoy haciendo cosas más grandes, tiendo a quitarle importancia.

Diego Martín.
Diego Martín.LUIS MAGÁN

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_