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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La excelencia de los profesores de inglés

España no es un país que destaque precisamente por los buenos conocimientos de lenguas extranjeras que tienen sus ciudadanos; de ahí el importante papel de las escuelas oficiales de idiomas. Me inscribí en el concurso-oposición a profesores de este cuerpo consciente de que el nivel de exigencia sería elevado; pero confiaba estar a la altura. En cuanto a la fase de concurso, me llevé un gran chasco. El título Proficiency in English por la Universidad de Cambridge carece de validez a estos efectos. "Bueno", pensé, "al menos sí me reconocerán los estudios en la propia Escuela de Idiomas". Pues no. Los diplomas de inglés y alemán los obtuve siendo aún muy joven, antes de acabar mi licenciatura, y por esa razón no se bareman. Increíble pero cierto. Y tampoco me valen para nada mis titulaciones como traductora jurada, títulos oficiales expedidos por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

En lo que respecta a mi ambición de convertirme en profesora de la EOI, está claro que he encaminado mal mis esfuerzos. En vez de dedicarme a estos estudios inútiles, debería haber seguido, por ejemplo, un curso relacionado con la organización escolar, como el que ofrece un sindicato de la enseñanza por la módica cantidad de 150 euros. Eso sí me habría puntuado.

Me apena pensar que esto es sintomático de lo que ocurre también en otros ámbitos como la Universidad. ¿Es así como se consigue la excelencia? Así, no es de extrañar que España aparezca siempre a la cola en todas las estadísticas.

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