El magnate Berezovski acusa a Putin de tramar su asesinato
El oligarca ruso Borís Berezovksi, que vive exiliado en Londres y hace cuatro años recibió el estatuto de refugiado político, denunció ayer que Scotland Yard ha desbaratado un complot ruso para asesinarle en un hotel londinense. El magnate, que ayudó a Vladímir Putin a hacerse con la presidencia de Rusia pero luego se enemistó con él, hizo pública una nota en la que dice: "Hace tres semanas la policía me informó de que estaban al corriente de que un asesino había sido enviado desde Rusia para matarme. Fui advertido por la policía de que abandonara el país si podía. Fui al extranjero por una semana y la policía me informó de que ya podía volver. La policía me ha pedido que no entre en detalles sobre el intento de asesinato y por lo tanto no lo voy a hacer".
Al parecer, Scotland Yard detuvo a un hombre el 21 de junio en el centro de Londres, pero lo puso dos días después en manos de las autoridades de inmigración.
En posteriores declaraciones, Berezovski acusó del complot al presidente ruso: "Es Putin personalmente", dijo. En declaraciones a la BBC, explicó que ya antes de que le advirtiera Scotland Yard, una fuente en Rusia le avisó. "Alguien que conozco irá a Londres a verme, me matará abiertamente, sin esconderse, y luego dirá que ha sido un asunto de negocios. En ese caso le caerían 20 años, a los 10 años saldría de prisión y le pagarían a él y a su familia", dijo.
Berezovski ayudó a huir de Rusia al ex agente Alexander Litvinenko, asesinado en noviembre pasado en Londres con polonio. En su testamento político, Litvinenko acusó de su muerte a Putin.
Multimillonario gracias a las privatizaciones de la era de Borís Yeltsin, Berezovski es un personaje muy controvertido en Rusia, que en estos momentos le está juzgando en ausencia por un delito de evasión de divisas. El Gobierno británico se negó hace cuatro años a extraditarle a Rusia y le concedió asilo político. Moscú ha conseguido que un tribunal brasileño emitiera días atrás una orden de arresto por supuesto blanqueo de dinero. El Foreign Office le amonestó por unas declaraciones al diario The Guardian en abril, en las que invocaba indirectamente el uso de la fuerza para derrocar a Putin.
