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JUAN ANTONIO MILLÁN | Alcalde de Cartaya | Alcaldes ejemplares

El gran defensor de los regantes y los inmigrantes

Charo Beltrán, la madre de Miguel Ángel López, el joven retenido en Letonia por robar y profanar una bandera nacional, sólo tuvo palabras de agradecimiento al Ayuntamiento de Cartaya y a su alcalde, Juan Antonio Millán, el sábado, durante su primera comparecencia pública de vuelta a su pueblo, tras de la liberación de su hijo. El mismo Miguel Ángel alabó el papel desempeñado por el Consistorio y el regidor, que ha acaba de ser renombrado alcalde.

Se trata del último capítulo de una extensa labor de gobierno de Juan Antonio Millán (Cartaya, 1940), desempeñada desde 1991, que ha pivotado en el desarrollo económico y social, no sólo del pueblo, sino de toda la comarca y gran parte de la provincia. Una labor para la que el alcalde ha implicado también, a distintos países, como en el caso de la llegada de trabajadores marroquíes dentro del programa Aeneas-Cartaya, para realizar labores agrícolas en las comarcas de Huelva. "En este proyecto, liderado por Cartaya, hemos conseguido aunar los esfuerzos tanto de patronales, como de sindicatos y asociaciones agrarias, además de administraciones provinciales, regionales y estatales", explica.

La labor municipal ha logrado la convivencia de 64 nacionalidades

Juan Antonio Millán empezó su labor política en los años 60 en Madrid, cuando viajó a la capital para cursar estudios universitarios. "En 1965 participé en la manifestación en favor de las asociaciones universitarias que le costó la cátedra, entre otros profesores, a Tierno Galván. Posteriormente, ya en la Transición, formé parte, junto con Enrique Miret Magdalena y más empresarios, en la génesis de la Confederación General de Pequeños y Medianos Empresarios (Copyme)", recuerda Millán. Pero su vocación municipalista le hizo liderar, ya de vuelta en su pueblo natal, el proyecto del PSOE en Cartaya, logrando la alcaldía en 1991.

Desde entonces, y debido a su experiencia de gestión de algunas comunidades de regantes, ha impulsado proyectos de mejora en el abastecimiento de agua para agricultores y población. "Proyectos para los que he contado la mayoría de las veces con el consenso de PP y PA, pero para los que ha encontrado la oposición de IU y ecologistas".

El desarrollo económico del pueblo también ha venido acompañado de un incremento en el empadronamiento de ciudadanos extranjeros. De los 17.500 vecinos, el 10% son foráneos. Se trata de un mosaico de 64 nacionalidades, encabezadas en número por marroquíes, rumanos, ecuatorianos y argelinos. La convivencia en el pueblo transcurre sin problemas reseñables, y una rápida encuesta a pie de calle indica que la mayoría de los vecinos extranjeros están satisfechos con el nivel de convivencia conseguido gracias, en parte, a la labor del Ayuntamiento y de su alcalde.

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