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Unicredit ultima la compra de Capitalia tras lograr el visto bueno de las autoridades

Los dos bancos aprueban mañana la formación de la primera entidad de la zona euro

Enric González

La compra de Capitalia por parte de Unicredit, que aparentemente tiene forma de fusión, quedó ayer prácticamente resuelta. Las dos entidades convocaron para mañana sus consejos de administración para que aprueben oficialmente una operación bien vista por Romano Prodi, el Banco de Italia, los mercados financieros y los sindicatos. Las cúpulas de ambas entidades acordaron que el nuevo gigante bancario europeo, con una capitalización de 99.250 millones y 170.697 empleados, mantendría el nombre de Unicredit. Será el primer banco de la zona euro por capitalización.

El nombre del máximo ejecutivo de Unicredit-Capitalia estaba claro desde el principio: Alessandro Profumo. El banquero genovés, de 50 años, alcanzó en 2005 una enorme fuerza gracias a la absorción (disfrazada de fusión, más o menos como en el caso actual) del banco alemán Hypo Vereins Bank (BHV). Aquella fue la primera gran operación exterior de una entidad bancaria italiana y proporcionó a Profumo un prestigio que rebasaba los límites del mundillo financiero.

Profumo se reservó el puesto de consejero delegado en la nueva Unicredit, y dejó la presidencia para el alemán Dieter Rampl, antiguo presidente de BHV. El presidente de Capitalia, Cesare Geronzi, uno de los banqueros italianos más influyentes en la última década, tuvo que conformarse con la vicepresidencia de la nueva Unicredit.

La fusión consolidó el poder de la cúpula de Unicredit y resolvió, además, una antigua lucha de poder en el seno de Capitalia.

Matteo Arpe, de 42 años, "niño prodigio" de las finanzas italianas y discutido consejero delegado de Capitalia, quedó abocado a la dimisión. Geronzi y Arpe mantuvieron una insólita pugna el año pasado, cuando el primero, como presidente del banco, favoreció un acercamiento a Banca Intesa, y el segundo, como consejero delegado, torpedeó el intento con una serie de hábiles operaciones bursátiles. Banca Intesa acabó casándose con San Paolo.

Los principales accionistas de Capitalia exigieron la dimisión de Arpe, pero éste salvó el puesto presentando excusas por escrito. Geronzi aceptó seguir conviviendo con Matteo Arpe, hasta que se presentara la ocasión de acabar con él. La fusión con Unicredit es la ocasión que Geronzi esperaba.

La cotización de las acciones de Unicredit y Capitalia quedó suspendida ayer, a la espera de que se cerrara la fusión. Los precios en el momento de la suspensión eran de 7,9 euros, la acción de Capitalia, y 7,4, la de Unicredit. Esas cotizaciones confirmaron los planes de los arquitectos de la integración, que calcularon un intercambio de 1,1 acciones de Unicredit por cada acción de Capitalia. No estaba previsto ningún desembolso en efectivo: el cruce de capitales debería realizarse enteramente en papel.

Acto protocolario

Alessandro Profumo y Cesare Geronzi visitaron por la mañana al gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, para informarle sobre los detalles de la fusión. Se trató de un acto protocolario, porque Draghi fue uno de los impulsores del "superbanco" y tuvo conocimiento inmediato de cada paso antes de que esta semana se hicieran públicas las negociaciones. Tras la reunión con Draghi, Profumo y Geronzi, que viajaban juntos en un mismo automóvil, acudieron a la Consob (la comisión de control del mercado de valores) para repetir lo explicado a Draghi.

El presidente del Gobierno, Romano Prodi, apoyó la fusión en términos casi entusiastas. "Si esto se hubiera hecho años atrás", dijo, "ahora dispondríamos de una estructura industrial más fuerte. Los bancos son un instrumento clave en la estrategia productiva de un país, especialmente en esta época de globalización. Espero que estos dos grandes bancos que tenemos ahora acompañen por todo el mundo a las empresas italianas", concluyó Prodi.

Los nueve sindicatos bancarios italianos mostraron, por su parte, un cauto optimismo. Indicaron que su primer juicio sobre los términos de la fusión, que afectará a más de 170.000 trabajadores, no era negativo, aunque preferían esperar a conocer los detalles concretos para pronunciarse de forma definitiva.

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