De Ory funde poesía y arte en 'El desenterrador de vivos'
Hubo un tiempo en que un grupo de poetas intentó llenar de fantasía las sucias avenidas de una realidad cenicienta. La España de los años cuarenta se arrastraba machacada por los recuerdos de la Guerra Civil, el hambre y el frío. Y estos poetas promovieron el postismo, un movimiento literario que recogía el legado de las vanguardias anteriores a la contienda. Eduardo Chicharro y Carlos Edmundo de Ory fueron los principales impulsores de esta corriente, en la que también figuraron Francisco Nieva y Gloria Fuertes, entre otros.
Carlos Edmundo de Ory (Cádiz, 1923) ha publicado recientemente El desenterrador de vivos (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores). El libro, prologado por el dramaturgo Francisco Nieva, reúne poemas y collages de De Ory. Además, el libro incluye un CD con 14 poemas de De Ory cantados por Luis Eduardo Aute y Fernando Polavieja, así como un DVD con el documental Apuntes de un encuentro con Carlos Edmundo de Ory, de Álvaro Forqué. El poeta gaditano presentó ayer el libro en La Carbonería, en Sevilla.
De Ory aún recuerda el esfuerzo de los postistas por sacudirle las pulgas a un país lleno de miedo y muerte. "El país estaba dormido y queríamos despertarlo. Esto tiene mucho que ver con el título de mi libro. Yo era un desenterrador de vivos. Intenté desenterrar vivos, pero esto es más difícil que resucitar muertos. Se puede estar muerto en vida", comentó De Ory.
El poeta gaditano mostró su horror ante un mundo que, a su juicio, marcha por mal camino. "El mundo va muy mal y casi sin remedio ninguno. Hay odio, envidia, pasiones... La guerra es una cuestión de pasiones. La naturaleza lo ha hecho así. Abra los periódicos y vea lo que pasa. Es horrible", agregó.
De Ory se marchó a Francia en los años cincuenta. "Me fui a Francia porque me echaron. Me fui a Francia para respirar", recordó. Sin embargo, el escritor regresa a España con frecuencia. "Vengo mucho a España, sobre todo a Cádiz, donde el mar me hace reír de gozo", concluyó De Ory.
