El Akasvayu sufre para coronarse
Los de Pesic vencen pese a los nervios y a su discreto juego en un duelo muy disputado
¡Ojito con los ucranianos. Nada de confianzas. Preparados para sufrir! En inglés, castellano y serbio, predicó Svetislav Pesic durante dos días, justo desde que concluyó la semifinal en que sus jugadores apalizaron por 31 puntos al MMT Estudiantes. No hubo manera. La final de la Copa FIBA -la tercera competición europea tras la Euroliga y la Copa ULEB-, tuvo su miga. La ganó el Akasvayu, el anfitrión, con más calidad, más jugadores de primera fila, más experiencia y el entusiasta apoyo de su afición. Pero le costó. El ignoto Azovmash de Ucrania plantó cara porque sacó el máximo jugo de su quinteto, apañadito pero limitado en efectivos, y muy lejos del empaque y posibilidades del grupo que dirige Pesic. Sucedió lo que muchas veces: el equipo teóricamente inferior, sin tanta presión, se creció y explotó más sus recursos.
AKASVAYU GIRONA 79 - AZOVMASH 72
Akasvayu Girona: Sada (2), McDonald (25), Salenga (9), Fucka (12), Bagaric (2) -equipo inicial-; Gasol (12), San Emeterio (7), Marinovic (7) y Gabriel (3),
Azovmash de Ucrania: El-Amin (16), Liadelis (15), Powell (6), Bajramovic (15), Lishchuk (4) -equipo inicial-; Loktionov (4), Botichev (0), Rayevski (0) y Gulyas (12).
Pabellón Fontajau de Girona. Unos 5.500 espectadores. Final de la Copa Fiba. Arriel McDonald fue elegido MVP, jugador más valioso de la final. En el partido por el tercer puesto el Virtus Bolonia ganó por 80-62 al MMT Estudiantes.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
17-15
23-21
19-19
20-17
El-Amin, un base que ganó la Liga universitaria estadounidense con Connecticut en 1999, fue el principal culpable de las tribulaciones del Akasvayu. Le dio ritmo y cuajo a la final. Lideró a sus compañeros y llevó las riendas del juego con la velocidad que más convenía a su equipo en cada momento. Hasta se ganó una falta técnica por enredar con el balón cuando no estaba en juego y poco después se encaró con el público. El descarado jugador de Minnesota contó con la ayuda del escolta griego Liadellis y la disciplina y buen hacer de sus compañeros en el quinteto inicial. La zona en defensa que impuso el Azovmash se le atragantó al Akasvayu. Sólo McDonald, que enlazó tres triples casi consecutivos, ofreció síntomas de comparecer al 100%.
Al Akasvayu se le atragantó el ritmo que impuso El-Amin, con transiciones muy rápidas cuando veía pista libre para que sus compañeros corrieran y muy lento cuando no era así. No conseguía abrir diferencias el Akasvayu cuando ya había pasado el ecuador de la final. Durante una breve fase en el tercer cuarto, Marc Gasol se impuso bajo los aros y Salenga y Fucka soltaron el brazo. El Akasvayu tomó carrerilla y abrió una brecha apreciable, 54-41. Daba la sensación de que la cosa estaba hecha. Pero los ucranianos todavía no habían dicho su última palabra. Entre Gulyas, un pívot húngaro con muy buena mano, y Liadellis volvieron a liarla.
Un parcial de 1-12 volvió a poner el partido en el alambre. Y un triple de Gulyas lo empató a cuatro minutos para el final. La pelota quemaba en las manos de los jugadores del Akasvayu. McDonald falló un tiro libre, pero corrigió el error con un triple, mientras dos discutibles decisiones arbitrales, una falta de ataque y unos pasos, penalizaron al Azovmash. Dos tiros libres y una canasta de Marc Gasol hendían la estocada. El título era para el Akasvayu, su primera corona europea.
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