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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

A oscuras

Una comedia de enredo vestida con una un tanto disparatada convención según la cual la función discurre durante un apagón, de manera que sólo cuando los actores encienden un mechero o una cerilla se ve lo que en realidad ocurre sobre el escenario, lo que hacen muy pocas veces, mientras que el resto transcurre en la oscuridad. El juego es que la oscuridad está iluminada por los focos, de manera que vemos a los actores cuando se supone que están a oscuras, y tropiezan y se confunden de interlocutor y sufren mil desventuras que no se acaban de creer precisamente porque se ven claramente. La convención inicial no funciona, porque la puesta en escena no exprime sus posibilidades, que son infinitas de haber tenido algo más de chispa.

Comedia negra

De Peter Shaffer, en versión de Juli Leal e Ignacio Ramos. Intérpretes, José Sáiz, Paula Bares, Pepa Gómez, Miguel Monrabal, Joan M. Reig, María Carrascosa, Paco Pellicer, Vicente Blay. Vestuario, Rocio Cabedo. Escenografía, Carlos Montesinos. Dirección, Alexander Herold. Teatro Talía. Valencia.

Tampoco el argumento es nada del otro mundo. Un artista y su pareja toman prestado el mobiliario de un vecino que se encuentra de viaje a fin de embaucar a un presunto comprador millonario que se dispone a visitar la casa. Como es natural, el vecino llega antes de lo previsto, así que el hilo conductor de la comedia consistirá en los esfuerzos del artista empeñado en hacer desaparecer lo muebles tomados de prestado durante el apagón. Eso es casi todo, aliñado con algunos apuntes más o menos graciosos sobre la conducta de diversos tipos muy definidos, que muy poco tienen de británicos en esta versión que más bien se asoma al estrépito de la comedia televisiva a lo Ana Obregón. Un juego sin interés que hace reír en contadas ocasiones, que recurre al disparate y que suena un tanto fuera de sitio en un escenario como el del Talía. En la interpretación destaca Vicente Blay en su breve papel de electricista londinense y su gracia natural.

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