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Juicio por el mayor atentado en España | 11-M

Toro y Trashorras acusan a Zouhier de ser el primero que les pidió explosivos

El ex minero asegura que los atentados del 11-M no le afectaron "para nada"

El ex minero José Emilio Suárez Trashorras y su cuñado, Antonio Toro, coincidieron ayer, en el juicio del 11-M, en señalar a Rafá Zouhier como la primera persona que les preguntó cómo se podía conseguir explosivos. Trashorras afirmó que le dijeron que los querían para reventar joyerías y furgones. Toro negó haber vendido los explosivos, haber tenido relación con ETA y ser confidente policial. Explicó que acompañó a su cuñado a una reunión en Madrid con Zouhier y Jamal Ahmidan por un problema con droga, que Trashorras no había pagado a Ahmidan porque estaba en mal estado.

Toro admitió que es un delincuente, pero no un terrorista. Toro desprecia a su cuñado, el ex minero Trashorras, porque es confidente de la policía y porque faltaba al respeto a su hermana. Pero ambos señalaron a Rafá Zohuier como la primera persona que les preguntó, incluso con insistencia, cómo se podía conseguir explosivos.

Toro explicó que acompañó a su cuñado a una reunión en Madrid con Zouhier y Jamal Ahmidan, pero le dijeron que era porque tenía un problema con droga en mal estado que no había pagado. "Emilio utiliza a la gente sin pensar en las consecuencias, como se ha podido ver aquí [en referencia a los tres procesados que hicieron viajes a Madrid para contactar con El Chino por encargo suyo] y tenía miedo de que utilizase a mi hermana". Implícitamente, Toro culpa a su cuñado de verse implicado en el 11-M.

Toro negó reiteradamente haber tenido o vendido explosivos, haber tenido relación alguna con ETA o ser confidente policial. Añadió que los cartuchos de Goma 2 incautados en la Operación Pipol tampoco eran suyos. Aunque no quiso acusar directamente a Trashorras, insinuó que el minero era su cuñado. Toro, un traficante que respeta los códigos de la delincuencia, no es un chivato y odia a los confidentes, por eso cuando le preguntaron si colaboró con la policía respondió: "Nunca. Ni colaboré, ni colaboro, ni colaboraré". Preguntado sobre si un amigo pagó el hachís que compró Trashorras a Jamal Ahmidan, dijo: "Yo no voy a acusar a un amigo de la infancia como está haciendo él con un amigo mío".

Contacto en la cárcel

El caso es que el contacto entre Jamal Ahmidan, El Chino, y el presunto proveedor de los explosivos, Trashorras, pasa por el contacto previo entre su cuñado Antonio Toro y Rafá Zouhier en la cárcel de Villabona. Toro narró que al salir de prisión, Zouhier le preguntó si tenía explosivos para vender y que él le dijo que sobre ese asunto tendría que hablar con Trashorras. Tras esta conversación, que fechó sobre el verano de 2003, se produjo la reunión del McDonald's de Carabanchel, a la que acudieron Trashorras, El Chino, Zouhier y Rachid Aglif y en la que supuestamente se pactó el trueque de hachís por los explosivos del 11-M.

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Toro reconoció que traficaba con hachís que compraba a Lofti Sbai, pero negó tajantemente que hubiera negociado la venta de explosivos y que hubiera estado presente durante la entrega de un detonador de Trashorras a Zouhier, aunque éste así lo asegura. Tampoco vio según dijo, a su cuñado proporcionar explosivos a Zouhier o a Ahmidan. De Zouhier dijo que es un saltarín, que está aquí y allí, pero luego se queda en nada. Sobre Trashorras, afirmó que no sabía que era esquizofrénico, pero que eso le explica muchas cosas. Y negó haber dicho que en Asturias hay un gran mercado de explosivos.

Toro afirmó que nunca antes del 11-M había tenido contacto con un etarra: "Sólo ahora al estar en la cárcel". Acto seguido aseguró que "jamás en la vida" ha colaborado con una banda terrorista, lo mismo en que insistió su cuñado. A pesar del desprecio por Trashorras, tiene con él una comunidad de intereses: salir absuelto y conseguir la absolución de Carmen Toro. Por ello en la pecera parece que han firmado la paz, o por lo menos un pacto de no agresión. Zouhier no tiene esa bula.

Trashorras sí reconoció haber dicho que cualquiera podía sobornar a un minero en Asturias por 5.000 euros -"Igual que se puede sobornar a un juez o a un fiscal"- pero negó de nuevo que hubiera llevado a la Mina Conchita a Jamal Ahmidan, Abdennabi Kounjaa y Mohamed Oulad, junto con el menor G. M. V., El Gitanillo, tal y como éste declaró.

En su maniobra de exculpación, aseguró que avisó a su contacto en la policía, Manuel García, Manolón, en septiembre u octubre de 2003, de que El Chino y Zouhier querían adquirir explosivos. También afirmó que en la reunión del McDonald's, Ahmidan y Zouhier le dijeron que los querían para reventar joyerías y furgones. Agregó que a propuesta de este agente tras los atentados se desplazó hasta Chinchón para localizar la finca en la que vivía El Chino. El inspector Manolón, ya fuera de la policía, se convirtió en su chivo expiatorio. Trashorras acusó a la policía de Avilés de ofrecerle dinero para inculpar a Zougam. El ex minero dijo que no sabía por qué un comando de ETA robó un coche en la calle donde él tenía un garaje -"esa mentira del robo del coche"- y que nunca había tenido encargo de contactar con la banda terrorista vasca. Durante su declaración, pronunció una frase que hizo correr un escalofrío en la sala: "A mí los atentados del 11-M no me afectaron para nada".

Su ex esposa Carmen Toro sólo contestó a su abogado y fue para decir que confiaba en Trashorras porque estaba enamorada. Rechazó todo conocimiento de los explosivos, aunque admitió que sabía que traficaba con hachís, y que eso era la razón por lo que en ocasiones le echó de casa (como la noche del 28 de febrero de 2004, cuando los islamistas subieron a Asturias). Ella iba a las reuniones, pero como todos eran mayores se aburría y no prestaba atención, salvo el día que discutió con El Chino en la finca de Morata. En resumen, que, según ella, pasaba por allí.

Antonio Toro

EDAD: 29 años

PETICIÓN FISCAL: 23 años de prisión por colaboración con organización terrorista, suministro de sustancias explosivas y asociación ilícita

DECLARACIONES:

"Zouhier fue el primero que me preguntó cómo podía conseguir explosivos"

"Si alguien te puede ayudar con los explosivos, tienes que llamar a Emilio "

"Rompí mis contactos con Trashorras porque es confidente y faltaba al respeto a mi hermana"

"Ni he colaborado, ni colaboro, ni colaboraré con la policía, ni ésta me ha dicho lo que tenía que decir"

"Lo de que conocí a etarras en la cárcel se lo ha inventado Rafá [Zouhier], que miente como un bellaco"

José Emilio Suárez Trashorras

EDAD: 27 años

PETICIÓN FISCAL: 38.670 años de prisión por colaboración con organización terrorista, suministro y transporte

de explosivos, 191 asesinatos y 1.824 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y estragos

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