Nubes, drogas y diamantes
Un filme sugiere que el desamor de Bob Dylan condujo a Edie Sedgwick a la heroína
"Hace el amor como una mujer, pero se rompe como una niña". A Bob Dylan le gusta particularmente la canción a la que pertenece este estribillo, Just like a woman (Como una mujer). La compuso de gira en Kansas City en 1965 y con el paso del tiempo se ha convertido en la canción que más veces ha interpretado en directo. Esa mujer de la canción, "con su niebla, su anfetamina y sus perlas", canta Bob Dylan, era la modelo Edie Sedgwick. Reina de la Factoría en el Nueva York de Andy Warhol, Sedgwick era una musa para cuadros, canciones, amantes y fiestas. Hasta que murió de una sobredosis de barbitúricos. Tenía 28 años.
En ese periodo de nubes, drogas y diamantes, Edie Sedgwick mantuvo una relación especial con Dylan. Sufrían una dependencia mutua salpicada por la timidez de él y el desenfreno del entorno en el que convivían. Ahora, una película se acerca a aquella movida neoyorquina con un personaje extrañamente parecido a Dylan y extrañamente responsable de la muerte de Sedgwick. Tanto, que Dylan quiere bloquear el estreno.
En Factory girl, la actriz Sienna Miller interpreta a Edie Sedgwick. Ella es ella, pero los amantes que pasan por su vida no son siempre reconocibles. Bob Dylan no aparece, pero quienes han visto la película saben que está, no con su nombre sino reencarnado en el personaje de Danny Quinn que interpreta Hayden Christensen. Los productores dicen que el tal Quinn no es necesariamente Dylan, que puede ser Mick Jagger, o Jim Morrison, o cualquier otro habitual de la Factoría.
Los abogados de Dylan dicen que es él. "Aunque el nombre del señor Dylan no se usa en la película", dicen en sus argumentos ante un juez, "el retrato que se hace de él es difamatorio y supone una violación de sus derechos". Lou Reed había expresado lo mismo con un lenguaje algo menos técnico: "Los productores de esta película son una banda de putas", dijo después de leer un guión en el que tampoco salen bien parados los Velvet Underground. La película se estrena en Estados Unidos el próximo día 29.
Una noche de noviembre de 1971, Edie Sedgwick fue a su última fiesta. Cansada por los efectos de la heroína y el descontrol, Edie Sedgwick apareció muerta en su casa a la mañana siguiente. El informe forense definía su fallecimiento de una manera voluntariamente imprecisa: "Accidente / suicidio por sobredosis de barbitúricos". Que fuera lo primero o lo segundo depende de cada revisión de este episodio. La película no lo establece, pero los abogados de Dylan dan por sentado que el largometraje contiene una acusación aún peor: que fue el desamor de Dylan y su traición sentimental lo que desvió a Edie Sedgwick hacia el sendero de la heroína.
Andy Warhol ya estaba a punto de romper su relación artística con Edie Sedgwick cuando la modelo se mudó al Chelsea Hotel, nido obligatorio de escritores, directores, músicos, artistas y otra gente de vida disoluta. Era un ambiente mucho más creativo que el que dejó Sid Vicious años después cuando supuestamente acuchilló a su novia en un pasillo antes de morir de una sobredosis y enturbiar la leyenda de los Sex Pistols.
En el Chelsea Hotel, Edie Sedgwick conoció al joven Dylan. Nadie sabía si eran amigos o más que amigos. Sus conocidos contaban que Sedgwick había firmado un contrato con el mismo agente de Dylan y que ambos estaban constantemente juntos. Dicen que él flirteaba con ella y que ella estaba loca por él. Y dicen que fue Andy Warhol el que un buen día le dijo a Edie: "¿Sabes que Bob Dylan está casado?".
A Edie Sedgwick se le vino el mundo abajo. Rota la Factoría y cerrada con ella toda una época neoyorquina, Sedgwick intentó pasar de modelo a actriz, pero ningún director encontró en ella cualidades suficientes para ese salto. Se marchó a su California natal y acabó ingresada al poco tiempo en un hospital psiquiátrico en el que conoció al que luego sería su marido, otro paciente llamado Michael Post. Fue su marido el que la recogió de su última fiesta después de que un invitado borracho la llamara drogadicta. Al día siguiente estaba muerta.
En la película, el Danny Quinn que traiciona a Edie Sedgwick lleva gorra negra y una bufanda como la de Dylan en la portada de Blonde on Blonde. Canta y toca la armónica. Dice la abogada de Dylan: "Actúan ustedes bajo la falsa premisa de que sólo cambiar el nombre de un personaje o que sea supuestamente ficticio les permite estar blindados ante una posible demanda. No es así"."El retrato de Dylan es difamatorio y viola sus derechos", afirman los abogados
Babelia
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