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Nuevas condiciones monetarias

El euro gana atractivo frente al dólar

El diferencial de tipos y de crecimiento entre la zona euro y EE UU explica la apreciación de la divisa común

Desde principios de diciembre, las calles de Manhattan se suelen llenar de turistas europeos que acuden en masa al reclamo de las compras navideñas en la Gran Manzana. Este año, con más razón. Desde enero, el euro ha ganado un 12,5% frente al dólar. Tan sólo en los últimos meses, la apreciación de la divisa europea ha sido de casi el 4%. El pasado lunes, el euro se llegó a cambiar a 1,3367 dólares, el nivel máximo alcanzado en los últimos 20 meses, apenas tres centavos por debajo del máximo histórico que marcó el 31 de diciembre de 2004. La ocasión, desde luego, no puede pintar más favorable para los consumidores de los doce países que comparten el euro.

Y puede que la escalada de la moneda única aún no haya terminado. Juan Luis García Alejo, director de Análisis y Gestión de Inversis Banco, identifica los dos principales factores que están impulsando la apreciación del euro: "El diferencial de tipos y el diferencial de crecimiento favorecen el alza del euro frente al dólar".

Los bancos centrales de muchos países están reduciendo sus reservas en dólares
Los expertos prevén que el euro seguirá apreciándose, hasta 1,4 dólares en 2007

Ambos guardan relación. En cuanto a las condiciones monetarias, EE UU lleva la delantera a la zona euro en el encarecimiento del precio del dinero. La Reserva Federal ha mantenido el tipo oficial del dinero en el 5,25% desde agosto, después de un ciclo de subidas iniciado en junio de 2004. Paralelamente, la economía estadounidense se encuentra en fase de desaceleración, sobre todo como consecuencia del enfriamiento del mercado inmobiliario. Por el contrario, el Banco Central Europeo (BCE) ayer subió el tipo de interés de la zona euro un cuarto de punto porcentual, hasta 3,5%. Se trata de la sexta subida desde que el banco central inició en diciembre de 2005 un ciclo de subidas tras haber mantenido el precio del dinero en la zona euro en el 2% durante dos años y medio.

Además, después de haber languidecido durante años, el crecimiento en la zona euro se está consolidando. De hecho, ayer el BCE elevó sus previsiones y ahora estima que el PIB de la zona euro aumentará este año entre un 1,6% y un 2,6% el año que viene (una décima más de lo estimado anteriormente).

La buena salud de la economía en el Viejo Continente hace anticipar, según los expertos, dos subidas más de tipos. En todo caso, como señala Gustavo Trillo, director de Inversiones de JP Morgan Asset Management en España, el BCE practicará las subidas oportunas en la primera mitad del año y, en cualquier caso, no subirá por encima del 4%. En ese nivel sitúan los analistas el nivel "neutral" de tipos de interés. Es decir, aquél que ni estimula ni frena el crecimiento económico.

Al otro lado del Atlántico, la Reserva Federal ha dado por finalizadas las subidas de tipos. Es más, a la vista de un aterrizaje económico que podría ser más brusco de lo previsto, el próximo movimiento de la entidad que preside Ben Bernanke será una bajada de tipos en EE UU. Carlos de las Morenas, responsable de divisas y derivados de divisas de BNP Paribas, prevé que el precio del dinero empezará a bajar en febrero o marzo y que podría llegar hasta el 3%.

Ante este escenario, la presión al alza sobre el euro se mantendrá. BNP Paribas estima que llegará a cotizar a 1,35 dólares a finales de este año, para seguir escalando hasta los 1,4 dólares a mediados de 2007 y ceder hasta los 1,38 a finales del año que viene.

Paro hay más razones de fondo que seguirán jugando, más que a favor del euro, en contra del dólar. La fundamental es que la primera economía del mundo sigue manteniendo un doble déficit, público y por cuenta corriente, que mantiene la presión sobre el dólar a la baja. La Administración estadounidense, además, a pesar de mantener la defensa oficial de un "dólar fuerte", sabe bien que un dólar bajo es una magnífica ayuda para impulsar las exportaciones del país.

Por otro lado, los bancos centrales de diversos países, desde Rusia hasta Arabia Saudí, se han embarcado en un proceso de diversificación de sus reservas, fundamentalmente mediante una reducción de sus activos en dólares y un aumento del euro y el yen. En 2000, el 71% de las reservas internacionales de los bancos centrales mundiales eran activos en dólares. Según los últimos datos recogidos por BNP Paribas, ese porcentaje ha menguado hasta el 66,5% en la actualidad.

El euro no es la única moneda que infla sus pulmones frente al dólar. La libra se cambió el pasado 1 de diciembre a 1,98 dólares, un 15% más que a principios de año, y un cambio que no se conocía desde 1992. Justamente, hasta septiembre de ese año, cuando la especulación, con el financiero devenido en filántropo, George Soros, consiguieron hundir la moneda británica hasta obligarla a abandonar el sistema de cambios europeo vigente entonces.

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