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El futuro de Aiko

Aiko, único vástago de los príncipes herederos de Japón, Naruhito y Masako, cumplió el 1 de diciembre cinco años, en medio de la incertidumbre sobre si alguna vez ocupará el trono del Crisantemo tras su padre o, si por el contrario, lo hará, en su lugar, su primo el príncipe Hisahito, de dos meses, dado que en Japón las mujeres sólo pueden ser consortes. Hisahito, el primer varón en la estirpe imperial en más de 40 años tras su propio padre, el príncipe Akishino, casado con la princesa Kiko, alteró los planes que tenía el Gobierno de emprender un cambio de la ley para permitir que las mujeres descendientes del emperador pudieran sucederle. Aunque el nacimiento de Hisahito no resuelve el problema de la sucesión imperial en Japón porque no hay otro varón de reserva, ha conducido, de todos modos, a aplazar, sine die, la necesaria reforma de la ley de la Casa Imperial y a dejar el futuro de Aiko en el limbo. Aiko, quien de llegar algún día a ser emperatriz será la primera desde las que hubo -aunque sólo fueron regentes- en el siglo XVIII en el país del Sol Naciente, acude a un jardín de infancia en Tokio, le encanta el sumo y hacer juegos con palabras.

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