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La TVG reconsidera la posibilidad de lanzar los guiñoles políticos

El director de la compañía dice que no acepta presiones

Benigno Sánchez, director general de la Compañía de Radio e Televisión de Galicia, dijo ayer en una rueda de prensa que tuvo lugar en la Xunta que la comisión de programación de la cadena "tendrá que hacer una nueva valoración" del espacio de humor en el que iban a intervenir 'os galenecos' de Touriño, Quintana y Feijóo y que, por una decisión anterior, llevan 11 meses ocultos en un armario.

"La comisión de programación tendrá que hacer una nueva valoración, y de esta valoración dependerá que veamos o no en la pantalla" los guiñoles de Touriño, Quintana y Feijóo. El director general de la Compañía de Radio e Televisión de Galicia, Benigno Sánchez, hizo estas declaraciones en el edificio administrativo de San Caetano, durante la rueda de prensa posterior a la firma de un convenio entre la Consellería de Educación y la CRTVG.

Sánchez rechazó, por tercer día consecutivo, que la decisión de mantener os galenecos en la sombra fuese consecuencia de presiones externas, y aseguró que la compañía que dirige es un organismo independiente que, "ni las aceptó jamás ni considera la posibilidad de aceptarlas ahora".

El programa de humor en el que aparecerían os galenecos de los tres políticos "está pendiente de la decisión de la comisión", aunque esta situación no garantiza su futuro en la parrilla televisiva ya que "algunos espacios se conciben de la misma manera y no llegan a salir nunca en la pantalla".

El director general de la CRTVG insistía ayer en que "las decisiones de carácter unipersonal no existen en la televisión, aunque se trate de opiniones cualificadas" como la suya, por lo que él se atiene al veredicto del comité. Con estas palabras, Sánchez hacía referencia a las fuentes de la dirección de la TVG que este fin de semana atribuían a "altas instancias de la Xunta" la orden de descartar los guiñoles de Touriño, Quintana y Feijóo.

El director de la compañía niega que desde la Xunta se manipule la televisión pública. "Antes de tolerar un acto de censura, yo dimitiría", aseguraba el lunes. "Y si hay alguien" en la emisora que tiene pruebas de que los monigotes han sido secuestrados por una orden ajena al comité de programación, "que se identifique y que identifique a quienes han dado esa orden a la TVG" desde la Xunta.

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En la televisión desde enero

Os galenecos nacieron como idea el año pasado, cuando la nueva dirección de la cadena intentó aportar frescura a la programación tras el relevo posterior a las elecciones autonómicas. La TVG encargó a Galitoon, una empresa ubicada en Montouto (municipio de Teo), el diseño y la fabricación de los muñecos, y ésta los entregó el 6 de enero de 2006.

Ese día llegaron a la cadena dos de los guiñoles: los que representaban al presidente, Emilio Pérez Touriño, y al vicepresidente, Anxo Quintana. El muñeco de Alberto Núñez Feijóo fue encargado con posterioridad, ya que hasta el 15 de ese mes no fue elegido presidente del Partido Popular de Galicia.

Los guiñoles, que no son de látex, sino de gomaespuma, caricaturizan mucho los rasgos de los tres políticos y son de pequeño tamaño aunque tienen una cabeza bastante voluminosa con relación a su cuerpo. Os galenecos intervendrían dando paso a los vídeos en Zapping Comando, un programa que sí ha salido a antena a pesar de que sus presentadores permanecen ocultos en un armario del despacho del director general de la compañía.

Los personajes de Quintana y Touriño aparecerían compartiendo apartamento y se enfrentarían en cada gag humorístico por hacerse con el dominio del mando a distancia. Feijóo sería un vecino del edificio bastante molesto, que los compañeros de piso criticarían al unísono.

El PP ha anunciado que preguntará en el Parlamento gallego por qué permanecen ocultos estos guiñoles, si es cierto que la orden que prohibió su emisión procedió de la Xunta y cuál fue el coste de unos muñecos que fueron almacenados sin ser vistos jamás por los espectadores.

La Vicepresidencia de la Xunta, por su parte, ha aprovechado que haya salido a la luz este caso para aplaudir la idea de los galenecos y pedir un espacio de "humor político" en la TVG. Y la Presidencia afirmaba el lunes que la cadena pública "tiene plena autonomía para poner en marcha los programas que crea oportunos". Ahora, la decisión sólo depende del comité de programación.

La procesión de 'Os Galenecos'

Santiago

Si la vida que existe en televisión es la que refleja la parrilla, los galenecos están en ese no estar en que penan todos aquellos proyectos que no han pasado el filtro de los comités de programación, pero tampoco han sido rechazados.

En el limbo catódico de los galenecos el momento más dramático lo sufrieron por los pasillos de San Marcos, bajo el manto de discreción del paso de la luz natural a la artificial y el cambio de turnos. Una silenciosa procesión de altos cargos, sin testigos de a pie, se encargó de trasladar a los personajes de gomaespuma para ponerlos al resguardo de la curiosidad general. Su actual refugio está en el mismísimo despacho del director general, Benigno Sánchez.

Los galenecos de Touriño y Quintana y el nasciturus de Feijóo allí siguen, en el trastero de las directrices de programación. Lograr que se adapten a la vida catódica cotidiana y se asomen con normalidad a la pequeña pantalla volverá a ser objeto de debate.

El proyecto de los galenecos nació como uno de los símbolos del cambio y la renovación de la TVG después de las elecciones que auparon al Gobierno a la coalición del bipartito. El objetivo era acercar la clase política a una audiencia juvenil y urbana.

Durante los primeros meses, los muñecos de Touriño, Quintana y Feijóo, una vez fabricado su prototipo, reposaron plácidamente en los despachos de los responsables de programación

a la espera de la concepción definitiva del programa.

Como todos los presentadores en capilla, recibían visitas y eran el centro de tertulias sobre los pormenores del proyecto. Incluso hubo quien se fotografió en su compañía. Por razones que nadie acierta a precisar, una tarde, en el transcurso de una reunión de las altas instancias de la TVG, se decidió el traslado súbito a ese lugar más discreto.

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