_
_
_
_
_

Dos operarios de la central nuclear de Ascó caen al Ebro durante los trabajos de desembalse del pantano de Flix

De la alarma inicial se pasó al alivio después de que los bomberos rescatasen con vida, y en buen estado de salud, a uno de los dos operarios de la Central Nuclear de Ascó que se encontraban en la barca que ayer volcó en el río Ebro, a la altura del pantano de Flix. Eran alrededor de las 9.30 horas cuando, por causas que se desconocen, la embarcación, de entre cuatro y cinco metros de longitud, se tumbó y quedó boca abajo. Uno de los trabajadores pudo salir del agua por sus propios medios, pero el otro tuvo que ser rescatado por efectivos del cuerpo de Bomberos de la Generalitat, que desplazó a la zona tres dotaciones. Aunque en un primer momento se temió por la integridad física del operario, fue dado de alta ayer mismo, tras ser tratado de síntomas de hipotermia por los servicios médicos de la central nuclear de Ascó.

Los operarios formaban parte del dispositivo para llevar a cabo la segunda riada controlada del año en el Ebro, de hasta 1.300 metros cúbicos por segundo, de acuerdo con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y en el marco del Plan de Limpieza del Cauce del Río Ebro de plantas macrófitas. La proliferación de algas en el río Ebro supone un problema para el buen funcionamiento de la planta de Ascó, ya que obstruye el punto de captación del agua necesario para la refrigeración de las instalaciones. Esta circunstancia se relaciona directamente con la invasión del mejillón cebra en la cuenca del río Ebro. Esta especie, que no tiene depredador natural, filtra el agua y la deja cristalina, lo que favorece la aparición de las algas.

La actuación ejecutada ayer por la Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs II (ANAV) conllevó la abertura de las compuertas del pantano de Flix. Durante esta operación también se hizo recircular el agua de descarga de la planta y bajar un 25% la potencia en cada uno de los grupos de producción, con el fin de reducir el caudal derivado hacia la captación de la central. La barca accidentada también trabajaba para impedir la entrada de algas a la instalación.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_