_
_
_
_
_
Entrevista:SEVKET PAMUK | Historiador

"Se combatía en Lepanto, pero ganaba el Atlántico"

Jacinto Antón

El historiador Sevket Pamuk (Estambul, 1950), educado en Yale y Berkeley y autor de una copiosa bibliografía, es uno de los mayores especialistas en el imperio de los turcos otomanos, un imperio que en el imaginario popular conjura imágenes de feroces jenízaros, estandartes de colas de caballo y sultanes crueles, y para el que, más prosaicamente, se acuñó en su ocaso el término "el enfermo de Europa". Pamuk, que el jueves ofreció una conferencia en el marco del ciclo sobre los imperios que se desarrolla en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), recordó antes, en una entrevista, las características específicas del imperio otomano y los tópicos que Occidente ha vertido sobre él. Sevket Pamuk, un hombre tranquilo de porte caballeroso y sonrisa cautivadora, es el hermano mayor del Nobel Orhan Pamuk.

"La caída de Constantinopla es para nosotros, los turcos, la conquista de Estambul"
"Lawrence fue un hombre romántico y un agente británico. Tenía mucha imaginación"
Más información
"Estoy orgulloso del Nobel de mi hermano"

¿Qué opinión les merece a los turcos el coronel Lawrence, el célebre Lawrence de Arabia, que desempeñó un papel tan destacado -al menos desde su personal punto de vista- en la debacle turca en Oriente Medio y masacró despiadadamente a sus soldados en Tafas? Si a Sevket Pamuk le sorprende la pregunta, no lo refleja en su cara. Eso sí, medita antes de responder deportivamente. "He visto muchas veces la película de David Lean. Lawrence fue un hombre muy romántico y a la vez un agente del Imperio Británico. Su misión fue contribuir a la rebelión del pueblo árabe contra el imperio otomano. Era un buen profesional y se dedicó a su trabajo mucho y bien. Pero déjeme decirle que tenía una gran imaginación. Eso esta claro en cuanto al libro que escribió". Es difícil decir si Pamuk se refiere al episodio de la violación que Lawrence, en Los siete pilares de la sabiduría, relata haber sufrido a manos del bey turco en Deraa, pero no vamos a entrar en honduras. El historiador señala que en Turquía la mayoría de la gente opina que de aquella guerra hace muchos años y que hubo violencia extrema por las dos partes.

El tema de Lawrence sirve para hablar de las diferentes percepciones de la historia en Turquía y en la Europa occidental. "Durante muchos años, los europeos han utilizado el imperio otomano para definirse ellos mismos. Hay toda una tradición de exagerar las diferencias, de imaginar un otro que no existía para imaginarse a ellos mismos. Eso se percibe en un tópico como el de la marcialidad otomana, lo de 'el imperio otomano vive para la guerra', algo que no es enteramente falso, pero que podría decirse también perfectamente del Estado inglés, del francés o del de los Habsburgo".

Lepanto, la caída de Constantinopla. ¿Cómo se ven esos hitos al otro lado del espejo? "¿La caída de Constantinopla o la conquista de Estambul, como decimos nosotros?", ríe Pamuk. "Depende de a qué lado de las murallas estés. Algunos colegas griegos de la universidad se divierten diciéndome que ellos estaban antes en mi ciudad. Toda historia tiende a magnificar los momentos de gloria y a minimizar los de derrota. ¿Lepanto? En el siglo XVI los turcos recordamos mucho más otra batalla naval, la de Preveza" (en la que una flota otomana venció a una alianza cristiana, el 28 de septiembre de 1583). Pamuk pone cara de divertido asombro cuando se le dice que en la catedral de Barcelona hay un crucifijo de una galera de Lepanto cuya talla de Cristo supuestamente se movió para evitar una pérfida bala turca. "Y mientras nosotros batallábamos abajo, allá arriba, en el norte, avanzaban por otro lado los que acabarían dominando. Y en el XVIII el escenario mediterráneo, por el que tanto se había luchado, ya no era relevante".

Cuando se le pregunta qué tiene de específico el imperio otomano con respecto a los otros imperios de la historia, Pamuk contesta: "Debemos recordar que hay dos periodos del imperio otomano, el premoderno y el de los nacionalismos. Lo destacable es que el imperio otomano fue capaz de mantener unidos grupos étnicos muy diferentes dándoles mucha autonomía. No sólo grupos culturales y religiosos, también regiones geográficas enteras. En la era de los nacionalismos las cosas fueron diferentes. Los otomanos ya eran militar y económicamente muy débiles y no pudieron gestionar el aumento de las diferencias internas". En términos económicos, que es la especialidad de Pamuk, el otomano fue, dice, un imperio que se caracterizaba por la existencia de una burocracia central. "Ésta es una diferencia fundamental con la Europa occidental, allí los mercaderes y hombres de negocios tenían voz propia. Esa clase mercantil tuvo, en cambio, una muy pequeña influencia política y muy poco que decir en la vida económica otomana". La burocracia del imperio otomano no era aristocrática. "Eran funcionarios del Estado, militares, civiles e incluso religiosos. Administraban el imperio, y trabajaron duro para impedir el ascenso de otros poderes, por ejemplo los grandes terratenientes, a los que desposeyeron en favor del Estado".

¿Admite comparación el imperio otomano con el de los persas aqueménidas? "Se puede comparar, pero más con el de la India de los mogoles. Y con el español". ¿Con el español? "Es una comparación importante. En el siglo XVI eran los dos imperios más poderosos de Europa y se dividieron entre ellos el Mediterráneo. Los dos entraron en crisis severa en el siglo XVIII, mientras ascendían los europeos del norte, países en los que los mercaderes y hombres de negocios asumían un poder determinante. El imperio español y el otomano empezaron a retroceder ante el ascenso de esos otros países".

Pamuk cuestiona que el despotismo de los sultanes causara el declive del imperio otomano. "La burocracia impedía que se oyeran nuevas voces que hubieran sido beneficiosas. En sentido económico, la concentración de poder en pocas manos no es beneficiosa a largo plazo. En todo caso, y de nuevo, se puede comparar el imperio otomano con el español: lo notable es cuánto duraron ambos pese a que se hable tanto de declive. El 'despotismo' y el 'declive' no explican por qué el imperio otomano duró 600 años".

Lo del "enfermo de Europa" ¿es un tópico? "Ésa es la última cara. Cuando Europa occidental había pasado la revolución industrial, era difícil que el imperio otomano mantuviera unidos aquellos territorios tan amplios; pero, evidentemente, lo del 'enfermo' es de nuevo un término útil para los que lo utilizaban".

¿Hay sueños imperiales aún en Turquía? "No. Pero ser herederos de un poder imperial imprime carácter: los turcos comparten con los españoles un gran interés por la historia. Se le da mucha importancia a la historia para entender el presente".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_