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Tribuna:EL CONGRESO VOTA LA LEY CONTRA EL DOPAJE
Tribuna
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Hoy es un buen día

Hoy es un buen día para el deporte y la sociedad española. El Pleno del Congreso de los Diputados, con el respaldo unánime de todos los grupos parlamentarios de la Cámara, vota la aprobación definitiva de la Ley Orgánica de Protección de la Salud y de Lucha contra el Dopaje en el Deporte, que entrará en vigor los próximos días tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

El trabajo de diputados y senadores de todo el arco parlamentario español ha hecho posible introducir mejoras en el texto del Proyecto de Ley, remitido por el Gobierno el pasado mes de marzo, construyendo consensos básicos que han permitido, en primera instancia, su aprobación por el Congreso sin ningún voto en contra y, posteriormente, tras su paso por el Senado, alcanzar un acuerdo unánime del que nadie se ha excluido.

El dopaje va mucho más allá del deporte y es una amenaza para la convivencia

Culmina así un largo camino, que se ha recorrido hablando y escuchando a mucha gente, con la mente abierta y la voluntad decidida, por parte del Gobierno, de trenzar un consenso social y político lo más amplio posible. Ante todo, por supuesto, con los principales protagonistas, que son los deportistas, pero también con otros actores relevantes: las federaciones, organizaciones y entidades deportivas, así como las asociaciones profesionales que tienen una especial incidencia en el ámbito deportivo -entrenadores y técnicos, médicos y personal sanitario, directivos y agentes, asociaciones sindicales, etc-.

Tengo el convencimiento de que esta era y es la opción más adecuada, pero también más eficaz, para seguir trabajando juntos a favor del juego limpio, defendiendo los valores éticos que encarna el deporte, incompatibles por completo con cualquier tipo de tolerancia respecto a las trampas y el engaño, y protegiendo la salud de las personas que lo practican, ya sea como profesionales de alto nivel o con fines recreativos y saludables.

Una preocupación constante a lo largo del proceso de elaboración de esta Ley es la defensa de la dignidad de los deportistas, su derecho a la intimidad e integridad personales, haciendo compatibles la política de tolerancia cero contra el dopaje y la realización de controles en competición o por sorpresa, que estén basados en el respeto a las personas y las garantías derivadas de fundamentarse en procedimientos reglados y certezas científicas.

Al cruzar la meta de esta singular carrera para hacer jaque al dopaje y erradicarlo del deporte todos somos vencedores, porque nadie se ha quedado en el camino y quien más sale ganando es la sociedad española en su conjunto. Los únicos perdedores son quienes han tenido hasta ahora la impunidad necesaria para lucrarse a costa del engaño antideportivo y de la salud de los deportistas.

El dopaje es una lacra, que proyecta sus consecuencias mucho más allá del deporte, y se convierte en una amenaza para la salud pública y la convivencia misma en una sociedad democrática. Y es que, en el deporte y en la vida social, con tal de ganar no vale todo, ni mucho menos: hay que ganar limpiamente, sin trampas ni subterfugios, respetando al adversario y las reglas de juego que, libremente, nos hemos dado. Para ello, la más eficaz política antidopaje será la prevención, también la menos costosa y la que más protagonismo ofrece a los actores más directamente afectados: los deportistas y demás profesionales, comprometidos en el empeño de conseguir un deporte limpio, sin trampas, saludable y sin rastro de dopaje.

La aprobación de esta Ley comporta la incorporación de un nuevo artículo al Código Penal, así como la reforma de las leyes del Deporte, de Seguridad Ciudadana y del Régimen de lo Contencioso-Administrativo. Supone también, entre otras novedades, la creación y puesta en marcha de la Agencia Estatal Antidopaje que, junto con la reciente ratificación del Convenio Internacional contra el Dopaje en el Deporte, auspiciado por la UNESCO, permite a España incorporarse al grupo de países que encabezan la lucha contra la amenaza social, antideportiva y la salud pública que supone el dopaje. Se trata de una acción coordinada contra una amenaza global, que cuenta con el decidido y firme respaldo de Gobiernos de todo el mundo, del Comité Olímpico Internacional, de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y de todas las organizaciones del sistema deportivo internacional.

Jaime Lissavetzky es secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes.

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