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La Gran Mancha Roja y el óvalo BA

La Gran Mancha Roja de Júpiter, que tiene más de 300 años de antigüedad, es un inmenso torbellino anticiclónico de nubes de más de 20.000 kilómetros de extensión (casi dos veces el diámetro de la Tierra) por cuya periferia elíptica los vientos giran a más de 360 kilómetros por hora. En sus proximidades, otros tres óvalos anticiclónicos, que se formaron a comienzos de los años cuarenta, acabaron fusionándose entre 1998 y 2000 para formar un único óvalo blanquecino, conocido como BA, de aproximadamente la mitad de tamaño que la Mancha Roja.

Curiosamente, a comienzos de este año, BA desarrolló en su interior un anillo de nubes tintadas de rojo que recuerdan a las de la Mancha Roja. Además, debido a las diferentes velocidad y dirección a la que se mueven estos remolinos en la atmósfera de Júpiter, ambos se encontraron a mediados de julio de este año.

Se levantaron ciertas expectativas ante este evento entre los astrónomos ya que se especulaba que el encuentro de ambos óvalos podría destruir a BA o quizás cambiar su aspecto rojizo. Lo cierto es que nada ha sucedido y ambas inmensas tormentas os siguen su curso normal, guardando consigo el misterio de su color rojo y, en el fondo, el de su propia naturaleza.

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