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Dos pueblos del este de la región piden el cierre de una incineradora de animales

Torres y Valverde denuncian ante la UE los "olores insoportables"

Los Ayuntamientos de Valverde de Alcalá (374 habitantes) y Torres de la Alameda (6.000 vecinos), dos pueblos del este de la región gobernados por el PSOE, han denunciado con una carta ante la Unión Europea los "olores insoportables" que emanan de la planta de incineración de residuos animales Productos Liébana, ubicada en Valverde.

En mayo de 2001 esta planta, con el nombre de Frival, SA, fue elegida por la Comunidad de Madrid para eliminar los denominados Materiales Específicos de Riesgo (MER), durante la crisis de las vacas locas. Desde entonces, por los hornos de la planta continúan pasando los despojos de animales provenientes de la mayoría de los mataderos del centro de la península.

Pero las altas temperaturas del pasado verano y las fiestas patronales de muchos pueblos, con abundantes festejos taurinos, duplicaron la actividad de la incineradora y los olores que soportan los vecinos, según Carlos Sáez, alcalde de Torres. "A las doce de la noche, como tengas las ventanas abiertas y el olor penetre en la casa, no se te va en toda la noche y no puedes pegar ojo", cuenta. "Es un olor a putrefacción, nauseabundo, que se mete en la pituitaria y tarda en desaparecer. Es un caso raro porque, además, sólo huele por las noches", reflexiona el alcalde.

Desde los dos ayuntamientos llevan tiempo quejándose a distintas entidades para que les solucionen el problema. "Pero nadie hace nada", protesta Antonia de la Cruz, concejal de Educación y Cultura de Torres. "Vives en una permanente crisis de ansiedad esperando qué pasará cada noche. Si podrás dormir o no".

Vísceras en la carretera

Torres y Valverde han dirigido sus denuncias, entre otras instituciones, a la Dirección General de Transportes de la Comunidad de Madrid. Según denuncian los afectados, los camiones que abastecen a la empresa de despojos, en muchos casos, "no son herméticos", y en algunas ocasiones "pierden la carga por el camino", asegura Sáez.

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La Policía Municipal de Torres ha elaborado un informe en el que se puede leer cómo en una de estas pérdidas de material los agentes observaron "intestinos de al menos dos animales, así como dos costillares, y otras vísceras que pudieran ser riñones, hígados o algo parecido", en unos de los badenes instalados en una travesía de Torres para limitar la velocidad del tráfico. El mismo informe señala que posteriormente un camión de la empresa se dirigió hasta el lugar del vertido y recogió los restos perdidos.

Sáez se queja de que él no puede hacer nada para controlar esta situación. "Hemos manifestado a la Guardia Civil la posibilidad de denunciar a los camiones que pierdan restos, pero nos dicen que la competencia del tráfico en travesías urbanas es de la Guardia Civil. Sin embargo, cuando ellos llegan el camión ya no esta. Y entonces... vete buscarlo", dice con resignación.

La última de las denuncias presentadas por los dos ayuntamientos ha sido ante el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Los agentes inspeccionaron las instalaciones de la planta, levantaron acta y se la enviaron a la Consejería de Medio Ambiente.

Un portavoz de esta consejería ha confirmado que el informe de los guardias civiles ha sido transmitido al servicio de Disciplina Ambiental "para realizar una nueva inspección". "En caso de observar alguna irregularidad se levantará un expediente sancionador", matizó este portavoz.

Los vecinos de ambos pueblos no descartan iniciar acciones, "incluso cortar la carretera", si nadie pone solución. De momento sólo en Torres se han recogido más de 2.500 firmas contra la planta incineradora.

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